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El rebrote de la peste porcina fuerza un cambio en los sistemas de control

Confirmados dos nuevos focos de peste

La aparición de un nuevo brote de peste porcina clásica en la comarca de Osona ha quebrado el clima de confianza entre los criadores de cerdos y la Generalitat. El consejero de Agricultura, Josep Grau, ha decidido recuperar el control sobre el movimiento de ganado porcino, que desde 1987 la Administración catalana había dejado en manos de los ganaderos.

Grau sustituirá el actual sistema de autoguías, consistente en talonarios que rellena el propietario de la granja sin ningún tipo de supervisión, por un modelo de control electrónico, menos vulnerable, que permitirá a la policía conocer en cualquier momento la procedencia y el destino de los animales.

Cuatro días después de que fuera declarado oficialmente el brote de peste porcina clásica en Cataluña, Grau, visiblemente decepcionado por el comportamiento 'irresponsable' de algunos empresarios del sector, anunció ayer 'medidas drásticas'. El consejero reiteró sus críticas hacia los ganaderos por haber transgredido las normas sobre bioseguridad en el transporte de animales, una conducta que, en su opinión, ha vuelto a poner en peligro el futuro de todo el sector. 'Alguien ha hecho un mal uso de las autoguías', dijo. 'Tenemos que actuar para erradicar la piratería', añadió.

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La primera sospecha

El Departamento de Agricultura, al igual que hizo cuando se detectaron los primeros focos de peste en Lleida el pasado mes de junio, ha abierto una investigación para determinar la procedencia de los animales que han entrado en las granjas y los mataderos de Osona desde el 1 de octubre. Paralelamente, la Generalitat ha encargado al Centro de Investigación y Sanidad Animal (Cresa) de la Universidad Autónoma de Barcelona un informe sobre las características del virus y su posible origen.

Agricultura confirmó ayer la existencia de otros dos focos de peste porcina clásica (PPC) en Osona, tras recibir los análisis realizados por el Laboratorio Estatal de Referencia de Valdeolmos (Madrid), con lo que ya son tres las granjas afectadas. Estos focos se han detectado en una explotación de El Raurell, en Folgueroles, y otra en La Perruca, en Calldetenes. En estas granjas había más de 9.000 cerdos, que serán sacrificados de forma inmediata, igual que los que estén en un radio de un kilómetro. Hasta ayer se habían sacrificado unos 15.000 cerdos e inmovilizado los de 580 explotaciones más situadas en el radio de un kilómetro del primer foco con unos 600.000 animales, informa Eva Clota.

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Además de la retirada de las autoguías, un sistema utilizado por los ganaderos para realizar el transporte de animales dentro de la misma comunidad autónoma, la Generalitat también agilizará los trámites para aplicar durante el próximo año un nuevo sistema de identificación individualizada de todos los cerdos, a los que se implantará un chip debajo de la piel en el momento de nacer y lo llevarán hasta que lleguen al matadero. Así, cada animal tendrá asignado un código individual de manera que en cualquier momento los Mossos d'Esquadra podrán comprobar, mediante un lector electrónico, si la guía corresponde a la identidad del cerdo y su estado veterinario, algo que hoy es imposible de saber.

Además, cada oficina comarcal tendrá un sistema parecido al de los cajeros automáticos de las entidades bancarias, con el que los responsables de Agricultura podrán llevar un control exhaustivo del movimiento de los cerdos, tanto de los que van a otra explotación como de los que son trasladados al matadero para ser sacrificados. El mecanismo de identificiación actual, basado en que todos los cerdos llevan un número común que los relaciona con la explotación de referencia, no es fiable porque puede ser manipulado. Este sistema estaba vigente desde 1987, cuando era consejero de Agricultura Josep Miró Ardèvol. Desde entonces el control sanitario quedó reducido a las inspecciones o muestras que por sorpresa efectuaban los veterinarios oficiales adscritos a la explotación y las antiguas guías sanitarias fueron sustituidas por talonarios que el ganadero obtenía en las oficinas de Agricultura y que él mismo rellenaba y firmaba.

Autorización de la UE

El consejero Grau señaló que la Generalitat necesitará la autorización de la Unión Europea y del Ministerio de Agricultura, que está totalmente de acuerdo con la propuesta, para poder implantar el nuevo sistema de identificación electrónica, que inicialmente encarecerá el precio del ganado, ya que requerirá una importante estructura informática y humana. 'Será caro al principio, pero espero que a largo plazo resulte barato', afirmó Grau.

'Estoy decepcionado porque algunas empresas del sector han hecho que perdamos la confianza en ellas', declaró Grau para justificar el cambio anunciado en el sistema de control de la cabaña porcina. Sin embargo, lo que más le ha dolido al consejero de Agricultura es que la PPC haya aparecido en la comarca de Osona, que la Generalitat había presentado siempre como el modelo de producción que tenía que imitar el resto del sector porcino. 'Pero el modelo no debe de ser tan ideal como pensábamos cuando se demuestra que hay alguien que no lo hace bien', agregó.

Grau explicó que la Generalitat ha abierto una doble investigación para conocer la procedencia de los animales que han entrado en las explotaciones y mataderos de Osona desde el pasado 1 de octubre. También apuntó que no descarta llevar el caso a la Fiscalía si se demuestra que se han producido irregularidades.

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