El foco de peste porcina detectado en Osona tiene un alto riesgo de extenderse
El cierre de fronteras hará bajar el precio del cerdo por la mayor oferta, según Unió de Pagesos
El foco de peste porcina clásica (PPC) detectado en la granja La Caseta d'en Grau, en Calldetenes (Osona), fue confirmado ayer oficialmente por el laboratorio de Valdeolmos (Madrid). Existe un alto riesgo de que se extienda la epidemia. El Eix Transversal -una de las principales vías de transporte de porcino de Cataluña- separa esta explotación de la granja Sant Martí, donde la semana pasada se sacrificaron 1.500 animales, aunque no dieron positivo.
Tras la decisión de la Unión Europea de inmovilizar los cerdos de toda Cataluña, así como el esperma, los óvulos y los embriones, las medidas adoptadas por la Generalitat han sido contundentes: se han sacrificado los 2.944 animales de la explotación donde se detectó la epidemia y se ha fijado una zona de tres kilómetros de radio de protección y seguridad en torno a las granjas afectadas.
Fuentes de la Assaporc, que agrupa diversas asociaciones ganaderas de la comarca, confirman que la situación supone un riesgo muy elevado de contagio para las granjas de la zona. Hace tan sólo tres semanas que la UE dio por extinguido el anterior brote de peste porcina en Cataluña, que supuso el sacrificio de 83.000 cabezas de ganado y graves perjuicios económicos.
Los primeros indicios de la aparición de la enfermedad en Osona surgieron la semana pasada. La granja de Sant Martí sacrificó los 1.500 cerdos que albergaba ante la posibilidad de que estuvieran infectados. Según se comunicó, finalmente los análisis dieron negativo, aunque en la zona esta explicación convence a muy pocos, especialmente tras la confirmación de la enfermedad en La Caseta d'en Grau, ubicada a escasos metros de la primera, al otro lado del Eix Transversal.
Ayer por la tarde el Ministerio de Agricultura confirmó a la Assaporc que el resultado de los analísis confirmaba la existencia de peste porcina clásica. Ahora se está a la espera de los resultados de los análisis practicados a los cerdos de la granja Raurell, a dos kilómetros de la explotación afectada en el término municipal de Folgueroles. Osona, con un censo de 918.000 cerdos, es uno de los principales centros de producción porcina de Cataluña y alberga casi una sexta parte del total.
La mayoría de granjas de Osona que se dedican a la explotación del cerdo son de ciclo cerrado; esto significa que disponen de animales reproductores que mantienen la cabaña de la explotación, lo cual puede facilitar el contagio. Las explotaciones ubicadas en un radio de un kilómetro del nuevo foco de peste tendrán que sacrificar sus cabezas de ganado porcino. Esta medida afectará a 10 granjas de ciclo cerrado que disponen de unas 25.000 cabezas.
La Generalitat ha establecido una zona de protección de tres kilómetros a la redonda y una área de seguridad en un radio de 10 kilómetros de la granja afectada. Otra medida es el seguimiento y control de los animales que hayan salido de la explotación durante las dos últimas semanas. La Unión Europea ya anunció el pasado miércoles la prohibición de exportar cerdos vivos, su esperma, óvulos o embriones procedentes de Cataluña hasta el próximo 31 de diciembre.
Los sacrificios derivados del foco de Calldetenes deberán sumarse a los 81.414 cerdos sacrificados a raíz de los 19 casos de peste porcina clásica registrados en Cataluña entre el 14 de junio y el 19 de septiembre pasados.
La existencia de un nuevo foco se ha recibido con preocupación en Cataluña, pero aún más en las comarcas de Lleida -donde hasta el pasado 15 de noviembre no se dio por erradicada la epidemia- porque muchas empresas de la comarca de Osona tienen granjas de engorde en esta zona.
Representantes del sector, reunidos el pasado miércoles en asamblea en Vic acordaron extremar los controles de seguridad y vigilancia mediante el despliegue de los medios técnicos y humanos disponibles para frenar los movimientos de animales vivos de las granjas de la zona.
El sindicato agrario Unió de Pagesos exigió al Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca que convoque el comité de crisis para pactar las actuaciónes y efectuar un seguimiento exhaustivo de la situación.
La presidenta de la organización Asaja, Rosa Pruna, señaló: 'Es una situación bastante grave que se agudiza con el cierre de fronteras'. En su opinión, la Generalitat 'ha actuado bien y rápidamente, pero nos preocupa que muchos ganaderos tengan paralizadas sus explotaciones'.
La situación puede derivar en una reducción del precio de la carne de cerdo. Ramon Armengol, miembro de la Ejecutiva del Porcino de Unió de Pagesos, ha explicado: 'Al estar prohibida la exportación de cerdos, éstos deberán venderse en el mercado nacional, lo cual originará un aumento de la oferta y la consecuente rebaja de las cotizaciones'.
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