Los expertos confirman el estancamiento del diálogo euromediterráneo
La brecha económica que separa ambas orillas crece tras el foro de Barcelona en 1995
El llamado Proceso de Barcelona, destinado a establecer un área de cooperación política, económica y cultural entre la Unión Europea y los países del Mediterráneo, nació hace seis años coincidiendo con la última presidencia española de la UE. Este fin de semana se han reunido en Barcelona medio centenar de expertos para intentar relanzarlo. Todos están de acuerdo en que no se ha avanzado.
Políticamente, la democratización de los países del sur no se concreta; en términos económicos, la brecha que separa las dos orillas ha aumentado y en términos sociales ha surgido el abrumador fenómeno de la inmigración.
El Proceso de Barcelona constaba de tres pilares: político, económico y cultural. El primero contemplaba actuaciones para la resolución de conflictos -Balcanes y Oriente Próximo, en 1995- así como impulsar actuaciones en el campo de los derechos humanos y las libertades civiles y políticas, en un sentido similar al que propició el Acta de Helsinki.
En el campo económico se crearon los programas MEDA, que suponían destinar 9.000 millones de euros en cinco años, y se planteaba la creación de una zona de libre comercio antes de 2010, eso sí, con la expeción de la Agricultura. En la práctica, sólo se ha gastado un 48% de esta cantidad y la UE sólo ha firmado acuerdos de asociación con la la Autoridad Palestina, Tunez, Marruecos e Israel. El tercer pilar, el social y cultural, contemplaba ayudas a la lucha contra el analfabetismo; programas de mejora de las condiciones de vida de las mujeres.
Sin embargo, los expertos reunidos este fin de semana en Barcelona por el Institut Català de la Mediterrània, empezando por el que fuera vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, coinciden en que en estos seis años no sólo no se ha avanzado, sino que se ha retocedido. La orilla sur del Mediterráneo, asegura Marín, es el área que menos inversión extranjera ha recibido, tan sólo el 1% de todas las inversiones mundiales.
Miquel Nadal, secretario de Estado de Exteriores, admite: 'hay una relación de sustitución entre la inmigración y los flujos comerciales y, especialmente los agrícolas'. 'Los emigrantes', explica gráficamente, 'pueden venir en forma de pateras o en forma de tomates'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.