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COYUNTURA INTERNACIONAL
Columna
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Señales preocupantes

Los datos de producto interior bruto (PIB) del área euro en el tercer trimestre -un crecimiento de sólo un 0,1% sobre el trimestre anterior y del 1,3% interanual, frente al 1,7% anterior- muestran la profundidad de la desaceleración actual: de la misma forma que en Estados Unidos, los indicadores ofrecen un panorama preocupante.

La economía del área euro todavía permanece inmune al insuficiente -a juzgar por las ya vencidas presiones inflacionistas del pasado expansivo- sesgo expansivo de la política monetaria y al retorno al carácter expansivo de las políticas. La mayor ralentización del consumo privado, afectado por las expectativas negativas que el ambiente bélico ha generado y superpuesto al arrastre del efecto riqueza negativo, y una inversión que encadena un año de caídas consecutivas -recordando peligrosamente la evolución seguida en la crisis de 1992- explican el retroceso observado en la demanda interna. Nuevamente, sólo la aportación positiva del sector exterior ha permitido que la economía del área euro no llegue a registrar una tasa negativa en este periodo.

Los últimos datos del Área Euro y de Estados Unidos muestran la profundidad de la desaceleración de la economía mundial

Además, el deterioro que siguen mostrando los índices de confianza del consumidor y de confianza empresarial, arrastrada por el pesimismo reinante desde los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, no permiten confiar en que esta situación se revierta en el corto plazo.

No mucho más optimista es el escenario que presenta la economía de Estados Unidos, que en el tercer trimestre muestra el retroceso más pronunciado desde comienzos de 1991. Buena parte de este resultado responde a la caída mostrada por la inversión que encadena su segundo trimestre de caída. El deterioro mostrado por este componente del PIB, en especial en lo que respecta a su componente tecnológico, ha sido espectacular, sobre todo si tenemos en cuenta que la inversión en tecnología en menos de un año ha pasado de alcanzar crecimientos máximos a descender hasta mínimos desde la crisis de 1991. El sustancial deterioro de su mercado de trabajo y el duro golpe que sobre las expectativas empresariales y del consumidor supuso el atentado de las Torres Gemelas anticipan que esta apatía de la economía estadounidense, tradicional motor del crecimiento mundial, continuará, al menos, hasta mediados del próximo año.

Rita Sánchez e Ignacio Ezquiaga son, respectivamente, responsable de América Latina y director general de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

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