Educar en valores será imprescindible para 'gobernar los cambios sociales'

La educación en valores será herramienta imprescindible 'para gobernar los cambios' que atraviesa la sociedad actual. Si no se tiene en cuenta ese 'anclaje de seguridad', el mundo será ingobernable desde una 'perspectiva humana'. Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado los expertos en educación que durante estos días han debatido sobre Universidad y sociedad en la semana monográfica organizada por la Fundación Santillana.

De estas conferencias, clausuradas ayer, en las que la educación superior española ha compartido protagonismo con la iberoamericana -sin perder de vista el marco europeo y mundial-, se extrae una recomendación dirigida a ambos lados del Atlántico: 'España e Iberoamérica deben reconocer el servicio prestado por la Universidad, que ha atendido una incorporación masiva de estudiantes y ha hecho un gran esfuerzo de adaptación a las nuevas tecnologías', explicó el relator de las jornadas y gerente de la Universidad Politécnica de Madrid, Fernando Lanzaco.

La actualidad manda que se favorezcan una estrecha colaboración entre 'Universidad, empresa y Administración pública' y que se conceda 'prioridad radical de futuro' a la educación y la investigación. De no ser así, se producirá una 'ruptura de la cohesión social y del marco económico', advierten los expertos de diversos países que han debatido sobre la situación y necesidades de los estudios superiores.

Las universidades tienen un papel destacado en la investigación y el sistema de innovación para convertir el conocimiento en riqueza, pero los expertos creen que hay que 'liberalizar las condiciones de reclutamiento de investigadores en formación' porque están 'excesivamente funcionarizados'. Será su valía y las condiciones del mercado las que deben ajustar el precio de su trabajo, concluyen los expertos.

En las jornadas de Santillana se han tenido muy en cuenta los cambios acelerados del mundo actual, un horizonte que aconseja 'estimular la relación entre la sociedad y la Universidad'. Ésta última no puede ser útil 'sólo económicamente'. El pensamiento crítico generado en los centros académicos debe servir de guía y 'orientar y mantener alerta a la sociedad cuando sea necesario', explicó Lanzaco.

Así pues, el futuro ha de ser una Universidad abierta a la calle, a las empresas; cuya ciencia e investigación den respuesta a los objetivos de la comunidad y facilite una educación permanente a lo largo del tiempo. El exquisito cuidado que habrá de tenerse con el capital humano de las universidades 'reclama un pacto ético' que regule las relaciones laborales y que 'garantice la humanidad de éstas'. Se les pide y también se les debe dar. Es verdad que la Universidad 'necesita reformas', pero también lo es que 'goza de confianza y merece reconocimiento social', resumió ayer el relator de la semana monográfica.

Fernando Lanzaco acompañó al director de la semana monográfica y vicepresidente del Patronato de la Fundación Santillana, Ricardo Díez Hochleitner, en la clausura de las jornadas, ayer, un día en el que también participó el secretario de Estado de Educación, Julio Iglesias de Ussel.