Armado e inseguro
El Gobierno ha terminado por mostrar las verdaderas intenciones que ocultaba, celosamente, con el traslado a Caracas de efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía Militar. Ya no queda ninguna duda sobre la naturaleza represiva y el propósito de intimidar a la población que se persigue con esta maniobra, anunciada, casualmente, en momentos en que la popularidad presidencial se viene abajo en las encuestas y la gente sale a la calle a reclamar las promesas incumplidas durante los últimos tres años. (...) Las declaraciones del comandante de la Guardia Nacional en el sentido de que el objetivo central de ese cuerpo es garantizar, al patrullar Caracas, la protección de la vida y los bienes de los ciudadanos, pierden todo su efecto y verdad cuando horas después, el presidente de la República anuncia a grito destemplado que utilizará contra sus enemigos todas las armas y, de paso, las enumera como si tratara de juguetes navideños: fusiles, tanques y obuses. (...) Deben meditar muy bien los oficiales de la República sobre el papel que les toca jugar en este momento. La responsabilidad que cargan sobre sus hombros es grande y no pueden comprometerla en el servicio sumiso de la represión, que (...) los enlodará ante la historia. Hay muchas preguntas que debemos formularnos en este momento tan aciago para las libertades públicas. (...) ¿Por qué se nos quiere hundir en un autoritarismo trasnochado y folclórico? ¿De dónde salió esa pasión por hacer el ridículo internacional, que nos deprime cada día más? ¿Acaso no somos un pueblo digno, sereno y trabajador, que merece un destino mejor?
Caracas, 30 de noviembre
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