Euskadi ingresará con el impuesto de la gasolina unos 7.000 millones

El País Vasco ingresará unos 7.000 millones de pesetas con el nuevo impuesto especial que gravará el litro de carburante con cuatro pesetas a partir del primero de enero de 2002 para financiar la sanidad. Aunque se trata de una primera estimación basada en el consumo de carburantes del pasado año, fuentes del Departamento de Hacienda del Gobierno vasco indicaron que, 'si llega a aplicarse el nuevo impuesto', la recaudación rondaría esa cifra. Para ello, las administraciones vascas y el Gobieno central deberán incluir la concertación del nuevo impuesto en el nuevo Concierto Económico que están negociando actualmente.

En cuanto al tramo autonómico de 1,6 pesetas adicionales que podrán establecer las comnunidades autónomas que lo deseen, las haciendas forales no han tomado ninguna decisión. En cualquier caso debería ser el Organo de Coordinación Tributaria, con representación de las tres diputaciones y el Gobierno, el que llegue a un acuerdo consensuado para evitar criterios territoriales diferentes en la aplicación o no de ese tramo. .

Aunque el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) aprobó el jueves el nuevo impuesto con el objetivo de financiar parte del gasto sanitario de las comunidades autónomas, a medida que asuman la transferencia, el Gobierno vasco lo considera un error. 'Filosóficamente no tiene ningún sentido financiar un gasto corriente como es el sanitario a través de elevar la presión fiscal', indicó un portavoz del Departamento de Hacienda. Lo que fue una idea inicial Cataluña, asumida luego por la Administración central y puesta en marcha para el primero de enero de 2002, ha sido respaldada por las comunidades del PP, aunque sin acuerdo en la aplicación del tramo autonómico del impuesto. Las comunidades socialistas se han pronunciado en contra y anunciado que no lo utilizarán.

En Euskadi, las primeras valoraciones sobre el nuevo impuesto están muy condicionadas por la negociación del Concierto Económico, que centra casi todos los esfuerzos de la titular de Vicepresidencia y Hacienda, Idoia Zenarruzabeitia. El diputado de Hacienda de la Diputación foral de Vizcaya, Javier Urizarbarrena, señaló ayer que el nuevo impuesto tendrá que ser concertado con el País Vasco. 'Nunca puede ser considerado como un impuesto cedido, que es lo que pasa con el resto de comunidades autónomas. Por lo tanto, habrá que concertarlo y aprobarlo con el Estado en cuanto a cómo se legisla, cómo encaja eso en el modelo financiero del cupo y cómo se recauda, directamente, por las Diputaciones forales', apuntó.

Navarra espera recaudar alrededor de 2.000 millones con el nuevo impuesto, que también tendrá que ser incluido en su Convenio Económico. En virtud de éste régimen, el Gobierno navarro tiene la facultad de dedicar o no esta cantidad a gastos sanitarios, aunque su consejero de Economía anunció ayer que, en principio, se destinará a este fin.

Rechazo de los transportistas

La Federación de Transportistas vascos Hiru y la del Taxi ya se han puesto en contra de la subida de los precios de las gasolinas. En un comunicado público, Hiru, que tiene un gran peso entre los transportistas autónomos, manifestó su total rechazo al nuevo impuesto y adelantó que no descarta llevar a cabo acciones de protesta.

Hiru rehazó este nuevo gravamen, a pesar de que desde el Gobierno central se quiera presentar 'como un impuesto solidario', ya que la recaudación se destinará a financiar la sanidad pública. Los transportistas afirman que su sector es uno de los que absorbe el mayor consumo de carburantes y, por tanto, argumentan que 'seremos nosotros los que paguemos el pato'.

Por su parte, el presidente de la Federación del Taxi, que agrupa a 2.400 taxistas en el País vasco, destacó el impacto negativo que el nuevo impuesto va a tener para el sector. 'Cuatro pesetas por litro supone mucho para los que vivimos de esto', señaló Saturnino Alonso.