Un invitado demasiado incómodo para el líder cubano
La presencia en Lima del disidente cubano Carlos Alberto Montaner, exiliado desde hace más de 40 años, se vislumbra como la razón de fondo de la suspensión a última hora de la asistencia de Fidel Castro a la XI edición de la Cumbre Iberoamericana, según diversas fuentes consultadas en la capital peruana. Montaner está en Lima para presentar su último libro, Las raíces torcidas de América Latina, y fue invitado personalmente por el presidente peruano, Alejandro Toledo, al homenaje al escritor Mario Vargas Llosa ofrecido anoche en el palacio presidencial como primer acto de la cena de gala en honor de los jefes de Estado y de Gobierno, según confirmó a este diario el primer ministro peruano, Roberto Dañino.
Toledo impuso a Vargas Llosa la Orden del Sol Gran Cruz de Diamantes, máxima condecoración de Perú, que hasta ahora estaba reservada a jefes de Estado en ejercicio. En la cena de gala, el rey Juan Carlos elogió a Perú como país anfitrión de la cumbre, del que dijo que 'acaba de ofrecer al mundo el ejemplo de su renacimiento democrático'.
La presencia de Montaner resultaba especialmente irritante para las autoridades cubanas, sobre todo después de la entrevista de dos páginas publicada ayer por el diario Expreso, en la que el escritor aseguraba sin ambigüedades que estaba en Lima para denunciar 'la dictadura' de Castro y para tratar 'de influir en algunos presidentes amigos para que pongan presión sobre el Gobierno cubano'.
Tras la confirmación de que Castro se quedaba en Cuba, las especulaciones se dispararon en Lima. Unas versiones apuntaban a un supuesto deterioro de la salud del mandatario, y otras, a la desconfianza de las autoridades cubanas en la seguridad peruana, a pesar del despliegue policial que presenta estos días Lima, donde a primera hora de la mañana de ayer unos desconocidos asaltaron un camión y robaron 100 kilos de dinamita de un camión militar que se dirigía a la base naval de El Callao.
