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La tradición se suma a la provocación en los premios Gure Artea en Barcelona

Itziar Okariz (San Sebastián, 1965) presenta en el centro de arte Santa Mónica de Barcelona una videoacción titulada Mear en espacios públicos y privados que consiste exactamente en eso, en la grabación en diferentes espacios, desde una habitación de hotel a una carretera, de una mujer -la misma artista- orinando de pie sobre el suelo. Para Okariz no se trata de una provocación, algo ya difícil de defender en el imperturbable mundo del arte, sino de 'mostrar las construcciones culturales de acciones simples que están muy cargadas de múltiples significados'.

Okariz, artista que también presenta una videoinstalación más lírica con proyecciones en las paredes cuyo sonido es una versión manipulada de la banda sonora de la película Faces, de John Casavettes, obtuvo uno de los tres premios Gure Artea, que concede el Gobierno vasco.

Los tres premiados -Okariz, Javier Alkain y Manu Muniategiandikoetxea- presentan sus trabajos en una exposición en Barcelona.

Pintura minuciosa

Alkain (San Sebastián, 1960) recupera la tradición de la pintura minuciosa y lenta en unas obras abstractas realizadas con mínimas, pero numerosas, pinceladas.

Muniategiandikoetxea (Bergara, 1966) utiliza el soporte pintura en sus obras, pero desde una perspectiva irónica. En su caso, la técnica pictórica, en principio más gestual, reutiliza y deforma la obra de otros artistas o imágenes extraídas del cine o las revistas. Es el artista que ha trabajado más expresamente para esta exposición creando piezas específicas para el espacio. Muniategiandikoetxea incorpora también una serie de muebles que aparecieron primero en sus pinturas y que ahora ha materializado.

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La exposición de los premios Gure Artea, abierta en Barcelona hasta el 6 de enero, irá después a Santiago de Compostela. Es una de las características de este certamen, que desde 1996 tiene carácter bienal: en el año par se convocan los premios y se presentan los seleccionados en una exposición en el País Vasco. En el año impar se monta una exposición con los tres ganadores.

Para la comisaria de esta convocatoria, Alicia Fernández, la fórmula 'tiene como objetivo la difusión de los artistas y la exposición final no se presenta en el País Vasco porque se supone que allí ya son suficientemente conocidos'. El jurado, explica, valora la trayectoria del artista. 'Se esta demostrando su eficacia', añade, ya que en las dos anteriores convocatorias se premiaron a artistas como Ana Laura Aláez y Javier Pérez, representantes de España en la última Bienal de Venecia.

Para Alicia Fernández hay pocos puntos de contacto entre los tres seleccionados. 'Son una parte representantiva dentro de la gran variedad de propuestas que puedan encontrarse ahora en el País Vasco. Son artistas maduros que saben lo que quieren', dice.

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