Un error de 15 segundos pudo causar el accidente de Nueva York
Una turbulencia despegó la cola del Airbus de American Airlines
El accidente del vuelo de American Airlines, que el pasado lunes se estrelló en el neoyorquino barrio de Queens, pudo deberse a un error de 15 segundos, el intervalo entre su despegue y el del aparato que le precedía en la pista del aeropuerto John F. Kennedy. Los investigadores también apuntan a un fallo del material: la cola del Airbus 300, a base de grafito, no resistió las turbulencias y se despegó de un golpe.
Es un fenómeno habitual: los aparatos al despegar crean serias turbulencias en el aire dejando una estela de minitornados. Para evitar que un avión pueda afectar al que le sigue, las normas de aviación establecen un tiempo mínimo de dos minutos entre dos despegues. Por razones desconocidas, sea por un fallo de la torre de control o de los pilotos, aquel intervalo se redujo en 15 segundos en la mañana del pasado lunes. Los investigadores piensan que fue un error mortal.
El tráfico áreo en el aeropuerto Kennedy siempre es muy intenso. El vuelo de American Airlines seguía muy de cerca a otro de Japan Airlines, mucho más pesado y que pudo tardar más de lo previsto en iniciar su maniobra. El tiempo entre los dos despegues se quedó reducido a un minuto y 45 segundos. Fue suficiente para que la corriente de aire generada por el aparato japonés desestabilizara completamente al Airbus 300, mucho más ligero.
Esto explicaría por qué todo ocurrió muy rápido. El avión, que iba rumbo a Santo Domingo, despegó a las 9.16 de la mañana, empezó a iniciar su giro hacia el océano y se estrelló de inmediato en la franja costera del barrio de Rockaway, matando a sus 260 pasajeros y a cinco vecinos de la zona.
Los expertos afirman, sin embargo, que un fenómeno de esta naturaleza sólo pudo tener efectos mortales si algunos de los componentes del avión eran defectuosos. American Airlines anunció el pasado miércoles que revisaría la cola de todos sus Airbus 300 para comprobar que no se trata de un error de fabricación. El avión, que llevaba 13 años en servicio, había pasado su última revisión en diciembre de 1999.
Los agentes de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (cuyas siglas en inglés son NTSB) están ahora examinando todos los trozos del avión, especialmente la cola que apareció intacta en las aguas que bañan la franja de Rockaway, para tratar de confirmar esta primera teoría.
El material que usa Airbus, a base de grafito, más ligero pero más frágil que el acero, pudo ser uno de los causantes de que la cola se desprendiera en pleno vuelo, desestabilizando completamente el aparato. 'Vamos a examinar esto muy de cerca', dijo George Black, uno de los responsables del NTSB, 'salvo en la parte seccionada, la cola está en muy buenas condiciones'.
Para evitar malos recuerdos, American Airlines ha decidido suprimir el número 587, el del aparato siniestrado, en su vuelo de la mañana hacia Santo Domingo. El 587 era un número muy conocido entre la comunidad dominicana de Nueva York, fue uno de los primeros en viajar regularmente entre Nueva York y la isla caribeña. Ahora será el 619.
La comunidad latina de Manhattan seguía ayer de luto por la muerte de los suyos. Las autoridades de la ciudad han facilitado los trámites de visado para los familiares que tengan que viajar para identificar los cadáveres.
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