Francia y EE UU piden la inspección de los Airbus que operan en su territorio

La Dirección General de Aviación Civil de Francia (DGAC) y la Administración federal de aviación de Estados Unidos (FAA) han pedido que se inspeccionen los Airbus A300-600 y los A310 que operan en sus países, después de que un avión de esta gama se estrellara el pasado lunes en Nueva York. El anuncio se produce después de que American Airlines ordenara una revisión completa de los 34 aviones que tiene de este modelo.

Se trata de una medida de precaución porque "no se entienden por ahora" las "razones y secuencias de acontecimientos" que condujeron a la ruptura de los estabilizadores verticales y a la pérdida de control del A300 de American Airlines en un accidente que se saldó con 265 muertos, según ha señalado el portavoz Gérard Le Houx.

"Aunque no hay ninguna evidencia por ahora de un fallo del avión, la DGAC obliga a una inspección visual de los estabilizadores verticales", que fueron los que se desprendieron en el avión siniestrado, ha precisado el portavoz.

La FAA estadounidense ya anunció que pedirá al fabricante del avión, el consorcio europeo Airbus (con sede en la ciudad francesa de Toulouse), los informes sobre las inspecciones realizadas a todos los estabilizadores verticales de ese modelo de aparato, el A300, para estudiarlos.

Tres fuertes turbulencias

Por otro lado, ya se conocen nuevos datos sobre las causas del siniestro del lunes pasado en Nueva York. El avión que hacía el vuelo 587 de American Airlines y que se estrelló en Queens se enfrentó a tres fuertes corrientes de aire lateral poco antes de caer, según las autoridades que investigan el accidente.

Poco después de despegar, el Airbus se enfrentó a dos fuertes corrientes de aire lateral en una dirección y a una tercera en sentido contrario.

Según la directora de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), Marion Blakey, las turbulencias fueron creadas por el vuelo de un avión Boeing 747 Jumbo, de la aerolínea Japan Airlines, que despegó menos de dos minutos antes que el Airbus.

Tras la primera turbulencia, el avión no registró mayores alteraciones en su trayectoria, pero que ocho segundos después de que la segunda ola de turbulencia lo golpeara, un ala se inclinó y la aeronave comenzó a caer y al girar a razón de diez grados por segundo, suficiente para completar dos giros completos en un minuto.

Las turbulencias laterales a las que fue sometido el avión fueron muy superiores, cerca de tres o cuatro veces más, que las que comúnmente enfrenta un avión en situaciones normales de turbulencia en vuelo.

Las turbulencias laterales que sufrió el aparato fueron tres o cuatro veces superiores a las que comúnmente se enfrenta un avión en situaciones normales. Tras recibir la tercera corriente de aire, los datos desde las distintas partes del avión que se registran en la caja negra del aparato se volvieron "no confiables".

Los investigadores no han querido adelantar hipótesis sobre la posible causa del accidente y señalan que concentrarán todos sus esfuerzos en averiguar que pasó durante los últimos ocho segundos del vuelo y los motivos que pudieron haber causado el desprendimiento del estabilizador vertical.

Este alerón de cola, de unos ocho metros de alto e indispensable para que mantenga su trayectoria, se desprendió del resto del avión poco antes de que éste cayera a tierra.

Las investigaciones apuntan a alguna deficiencia estructural en el alerón, así como en los materiales (compuestos de alta resistencia) que se utilizan para unirlo al cuerpo de la aeronave.