Nacionalistas y socialistas reconocen su voluntad de pactar también en Guipúzcoa

La aprobación del presupuesto de Guipúzcoa para 2002 se halla en manos del PSE-EE. Los contactos mantenidos con PNV-EA han servido para que ambas formaciones reconozcan en privado que existe 'voluntad' mutua para alcanzar un acuerdo, aunque prefieren mantener en secreto el contenido de las conversaciones, 'mucho más verdes' que en Vizcaya, según fuentes conocedoras de las mismas, antes de abordar la negociación.

La correlación de fuerzas en las Juntas guipuzcoanas exige el apoyo expreso de al menos de un grupo (o la abstención de dos) de la oposición al Ejecutivo foral para sacar adelante las cuentas. PNV-EA tiene 19 escaños; Batasuna, 14; el PSE, 10, y el PP, 8. En Vizcaya, en cambio, sería suficiente con la abstención de los socialistas.

El PSE-EE ya se encargó de preparar el terreno cuando su portavoz, Miguel Buen, manifestó en el pleno de las Juntas del 5 de octubre que su grupo 'no va a tener miedo escénico a llegar a acuerdos con el Gobierno foral'. Los socialistas consideran que el diputado general, Román Sudupe, 'ha cambiado su discurso' para acercarse a las posiciones 'estatutistas', lo que facilita el entendimiento y el acuerdo. De hecho, a mediados de julio, los socialistas sumaron sus votos a PNV-EA para aprobar una batería de proyectos que contenían inversiones por 4.518 millones de pesetas (27,1 millones de euros) que no podían incluirse en la prórroga presupuestaria que actualmente gestiona la Diputación. Este precedente allana un posible acuerdo sobre las cuentas del próximo ejercicio.

Sudupe ha reiterado en muchas ocasiones que no buscará el apoyo de Batasuna mientras esta formación no exija el fin de ETA. Tampoco es probable un acuerdo con el PP, partido que mantiene una línea muy crítica con el diputado general, aunque su portavoz, Íñigo Manrique, asegura: 'Esperamos la llamada que nos ha prometido Sudupe para tratar del presupuesto'.