PSOE y PP rivalizan en atribuirse el mérito del acuerdo de financiación en el debate de Presupuestos

Socialistas y populares rivalizaron ayer en atribuirse el mérito del nuevo acuerdo de financiación autonómica durante el debate a la totalidad del proyecto de ley de Presupuestos de la Junta de 2002, que ayer superó su primer trámite parlamentario al ser rechazadas las enmiendas del Partido Popular e Izquierda Unida. 'Se les ha atragantado la financiación autonómica', aseguró el portavoz del PP, Antonio Sanz, quien proclamó que 'gracias' al Gobierno de Aznar, Andalucía tiene más dinero. Por el contrario, la consejera de Economía y Hacienda, Magdalena Álvarez, aseguró que el nuevo modelo reconoce que la Junta 'tenía razón' en sus planteamientos.

Ambos diputados acapararon la atención de un debate de cinco horas en el que resultado final de la votación no deparó sorpresas. La mayoría que forman socialistas y andalucistas echó para atrás las dos enmiendas a la totalidad presentadas por PP e IU, que empezará a hora la discusión en comisión hasta su aprobación definitiva a finales del mes de diciembre.

El debate entre Álvarez y Sanz pareció en algún momento un intercambio de adjetivos. 'Son expansivos, inversores, arriesgados, valientes, anticíclicos', afirmó la responsable de Economía. A lo que el conservador replicó con otra lista, de significado opuesto pero igualmente extensa: 'Son continuistas, incumplidores, poco rigurosos, poco creíbles e ineficaces'.

El pimpón de calificativos no fue el único. Tanto la consejera como el portavoz popular atribuyeron a sus respectivas formaciones el mérito del nuevo acuerdo de financiación autonómica, el cual ha permitido que el Presupuesto de la Junta para 2002, que alcanza los casi 19.000 millones de euros (tres billones de pesetas), crezca un 11% y bata, por segundo año consecutivo, el récord de inversiones (3.000 millones de euros).

'Teníamos razón', aseguró Álvarez en alusión a que el sistema reconoce la población real de Andalucía y la propuesta de la Junta de ceder a las comunidades una cesta de impuestos, mientras que, según Sanz, 'gracias' a Aznar, Andalucía dispone por primera vez de una financiación histórica. 'Usted confunde los derechos con las limosnas', le contestó luego la consejera que, en ocasiones, empleó un tono desabrido con los diferentes portavoces de la oposición. Por ejemplo, con Concha Caballero, de IU, cuando le cuestionó su intervención sobre el modelo de financiación: 'Si se cree que va a saber algo de financiación dándose un paseíto por Internet está usted muy equivocada'.

La consejera, que reprochó tanto al PP como a la portavoz de IU que hablaran en pesetas y no en euros, insistió en al menos una docena de ocasiones en que el Presupuesto de 2002 persigue poner las bases para lograr la 'segunda modernización' de Andalucía, por lo que los objetivos de las cuentas se centran en las nuevas tecnologías, la consolidación de la cohesión social y territorial de la comunidad y la vertebración interterritorial. También rebatió las críticas de la oposición en cuanto a la disminución, respecto a ejercicios presupuestarios anteriores, del peso de las partidas sociales, que, no obstante, suponen un 58%. El mayor crecimiento de este año ha permitido, según Álvarez, 'atender otras cuestiones que en otras ocasiones no habían podido ser cubiertas'.

En este asunto la que más insistió fue Concha Caballero, quien también acusó a los socialistas de 'quitar banderas' a IU, como la deuda histórica o la jornada laboral de 35 horas, para 'luego guardarlas en un cajón y quitarle espacio a otras fuerzas políticas'.

El portavoz del grupo mixto, Pedro Pacheco, justificó su voto negativo al proyecto de ley del Gobierno en que no aborda 'con más ahínco las reformas estructurales', hay 'un desplazamiento del gasto de inversión hacia las empresas públicas' y es 'impresentable' el trato que en el Presupuesto se da a las corporaciones locales. Pacheco tampoco apoyó las enmiendas de la oposición.

El andalucista José Calvo, que coincidió con Álvarez en calificar de 'expansivo' el Presupuesto, mostró su disconformidad en que el texto del Gobierno asuma el compromiso de déficit cero (equilibrio entre gastos y ingresos) cuando nada le obliga a ello y reclamó mayor autonomía financiera para la comunidad.

El socialista Manuel Gracia avaló la tesis de la consejera de que, ante una perspectiva de desaceleración económica, es necesario que las cuentas públicas inyecten dinero a través de la inversión y advirtió de que el PSOE estaría a la 'expectativa' para 'saber exactamente si el Gobierno de la nación cumple con sus compromisos' en materia de financiación.