José Luis Guerin logra el Premio Nacional de Cine por su arriesgada filmografía

A José Luis Guerin (Barcelona, 1960), la noticia de que acababa de obtener el Premio Nacional de Cine (dotado con cinco millones de pesetas) le pilló ayer dando clases, de cine, claro. Tranquilo como es, apenas se inmutó, no porque no le alegrara el reconocimiento -'¿Qué puedo decir? Me siento muy agradecido'-, sino porque se confiesa inmunizado contra los laureles, al menos intenta protegerse de ellos, 'más que nada para no perder el norte'. 'Procuro mantener una cierta distancia respecto a los premios. La vocación de una película no es rivalizar con otras, sino establecer un pacto con el espectador, eso es lo importante', aclaró este cineasta de mirada y trayectoria singular.

El jurado, presidido por José María Otero, director general del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), reconoció la carrera de Guerin y, particularmente, su último largometraje, En construcción, su cuarta cinta -tras Los motivos de Berta, Innisfree y Tren de sombras-, que en la pasada edición del Festival de San Sebastián logró tres galardones y a punto estuvo de llevarse la Concha de Oro. En construcción es un documento, rodado por Guerin y su equipo con sensibilidad y ternura durante tres años, sobre la transformación del barrio Chino barcelonés (o el Raval), de su paisaje y de sus moradores. Un trabajo poético y arriesgado al margen de convencionalismos.

El director no ocultó su extrañeza por el hecho de que haya recaído precisamente en él el Premio Nacional de Cine. 'Me parece un galardón muy institucional, casi me atrevería a decir que choca con la propia naturaleza de mi película', comentó. Y, temeroso de ser mal interpretado, se apresuró a añadir que se refería a que él creía que este premio lo suelen recibir 'personas asentadas, con una carrera extensa y sólida'. 'Mi filmografía', dijo no sin cierto pudor por verse obligado a hablar de la propia obra, 'es incipiente todavía y se encuentra en plena búsqueda'.

Guerin se mostró escéptico sobre la posibilidad de que este premio pueda servir a otros autores a apuntarse a su inconformismo ante los estándares cinematográficos, visto el éxito que está teniendo su filme, no sólo de crítica, sino también de público. 'Si a alguien le da coraje, me parece perfecto, pero no creo que el cine evolucione por los terrenos en los que yo acostumbro a moverme', señaló. Y matizó: 'Hay dos tipos de cineastas: los que circulan por autopista y a los que les atraen los senderos solitarios, y yo pertenezco a los segundos'.