'Las bombas han creado casi un millón de nuevos refugiados'

Un español dirigirá los destinos de la ONG más veterana del mundo en el siglo XXI. Juan Manuel Suárez del Toro Rivero (Las Palmas, 1952) fue elegido el pasado martes en Ginebra presidente de Cruz Roja Internacional, integrada por 178 países.

Ingeniero industrial de profesión, miembro de Cruz Roja desde hace 30 años y presidente de la sección española desde 1994, Suárez del Toro, segundo español que preside la organización humanitaria tras Enrique de la Mata Gorostizaga, inaugura su mandato en plena guerra de Afganistán y cuando su institución, que cuenta con 6.000 personas en ese país, ha sido ya blanco de los aviones norteamericanos.

Defender la neutralidad y la no violencia en una guerra contra el terrorismo internacional, de la que la campaña afgana sólo parece el primer episodio, no es tarea fácil, pero Suárez del Toro no se arredra y está dispuesto a luchar por hacer que Cruz Roja sea 'un factor de paz y un referente insustituible en el quehacer humanitario'.

Pregunta. Algunas bombas de EE UU han caído en las últimas semanas sobre instalaciones de Cruz Roja en Afganistán. ¿Por servir de refugio de los talibanes o por error norteamericano?

Respuesta. No nos consta que los talibanes se hayan escondido en nuestras instalaciones, como tampoco hay evidencias de que en ellas se almacenara otra cosa que no fuera material humanitario. Aunque en ellas trabaja personal afgano desde hace años, su acceso es restringido. No sé si los bombardeos serán errores o no, pero sí sé que los centros de Cruz Roja en Afganistán están debidamente señalizados y que atacarlos contraviene la Convención de Ginebra. Cruz Roja no descarta presentar una protesta por ello.

P. ¿Por qué tenía Cruz Roja un laboratorio de ántrax en Kabul?

R. Ese laboratorio estaba destinado a fines veterinarios y ha quedado probado que no se utilizaba para fabricar ántrax. Además, según las últimas informaciones de la prensa internacional, el ántrax parece tener una procedencia interna en EE UU.

P. ¿Cuál es la situación humanitaria en el interior de Afganistán?

R. Hay una gran confusión y estamos intentando verificar los datos. Parece que no hay una gran cantidad de víctimas civiles, pero nos preocupan mucho los millones de desplazados que está causando la guerra, máxime cuando se avecina el invierno.

P. ¿Puede cuantificar cuántos nuevos refugiados ha creado la guerra?

R. Las cifras son muy difíciles de contrastar porque las fronteras son muy extensas, pero casi un millón de personas pueden haber salido de Afganistán desde que empezaron los bombardeos. Cruz Roja está intentando presionar a Irán y Pakistán para que abran sus fronteras y permitan la creación de campos de refugiados. No es fácil porque los Gobiernos tienen otros compromisos y exigencias, pero no nos podemos permitir lo que está ocurriendo.

P. ¿Está a favor de que se suspendan los bombardeos?

R. Cruz Roja siempre ha defendido que cuanto antes se solucionen los conflictos por otras vías que no sean violentas, mejor. Y siempre ha llamado al diálogo y trabajado por la paz.

P. ¿Ha perdido terreno Cruz Roja frente a otras ONG?

R. El auge de las organizaciones humanitarias es un signo del creciente protagonismo de la sociedad civil y es bueno que existan otras formas de actuación. En Cruz Roja tenemos un debate interno sobre cómo revitalizar nuestra posición. Creo que debemos trabajar conjuntamente lo más posible con otras ONG porque en la tareas humanitarias no sobra nadie.