Por el buen camino
Probablemente el Banco Central Europeo (BCE) podría hacer suya la máxima de nunca es tarde si la dicha es buena. Pero con su estrategia más conservadora no puede evitar que en su decisión tenga que valorarse la influencia de las medidas relajadoras de la Reserva Federal o incluso el Banco de Inglaterra, que apenas una hora antes también anunció una bajada de medio punto porcentual en sus tipos de referencia. También podrá decirse que las políticas monetarias están siendo mucho más agresivas en el Reino Unido y Estados Unidos, que, encontrándose un escenario macroeconómico no muy distinto, acumulan dos y cuatro puntos y medio, respectivamente, de descensos, y han conducido sus tipos hacia cotas mínimas desde los primeros años de la década de los sesenta.
Sea como fuere, esta vez el BCE no sólo no ha decepcionado, sino que ha cumplido las expectativas más optimistas al decidir un recorte de 50 puntos básicos en sus tipos de interés de referencia, situando el repo en niveles inéditos desde marzo de 2000. En los comunicados de los tres bancos centrales se encuentra el común denominador del deterioro de las expectativas de crecimiento, ya no sólo en sus respectivas economías, sino, lo que es más grave, en el resto de áreas geográficas. Lógicamente, el BCE ha hecho un énfasis especial en las favorables perspectivas para la reducción de las presiones inflacionistas. En primer lugar, porque minimiza los riesgos para la estabilidad de los precios derivados de la evolución de los agregados monetarios, cuyo reciente crecimiento está relacionado con una recomposición de la carteras de inversión de los agentes económicos. En segundo lugar, en un contexto de menor crecimiento económico y de importante moderación de los dos factores que explican en gran medida el repunte de la inflación observado en los primeros meses de este año (euro y petróleo) la autoridad monetaria europea ha vuelto a reconocer, tal vez de forma más explícita, que se alcanzará el objetivo del 2% en los primeros meses del próximo año.
Estas mejores perspectivas para la evolución de los precios han favorecido, por tanto, un nuevo ajuste de la política monetaria a un cuadro macroeconómico que en las últimas sesiones se había deteriorado de manera notable y que ha comenzado a amenazar muy seriamente la evolución del mercado laboral, una de las variables en las que existe mayor divergencia con el resto de economías relevantes.
En esta ocasión, y en contraste con los recortes anunciados tras los atentados el 11 de septiembre, las autoridades monetarias han preferido obviar la coordinación en sus actuaciones, tal vez para moderar el riesgo de una interpretación demasiado pesimista. No obstante, dejan la puerta abierta a nuevos recortes, cuya cuantía estará condicionada por el peso de indicadores aún muy negativos y que probablemente seguiremos conociendo en próximas semanas, para caracterizar un cuarto trimestre que podría convertirse en el momento más frágil de la crisis.
Tal vez en el debate sobre la conveniencia de las bajadas de tipos se haya perdido tiempo, pero, con mayor o con menor premura, lo cierto es que los bancos centrales han ido haciendo su trabajo. Y no cabe duda de que condiciones monetarias tan relajadas, en un contexto de minoración de las presiones inflacionistas, deberían sentar las bases para facilitar un cambio de tendencia del actual ciclo económico recesivo.
David Cano Martínez es responsable de estrategia de Analistas Financieros Internacionales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.