Alemania abre las puertas a una inmigración duradera

Los socialdemócratas y verdes alemanes zanjaron ayer meses de intensa polémica al aprobar conjuntamente en el Gabinete ministerial un proyecto de ley que, por vez primera en un país que tiende a considerar a sus extranjeros como invitados temporales, abre las puertas a una inmigración duradera. La nueva regulación aún tendrá que ser aprobada por el Parlamento, y la oposición conservadora podría blandir el tema en la campaña electoral de 2002.

Entre las principales innovaciones del proyecto de ley se encuentra la posibilidad de que personas altamente calificadas (ingenieros e informáticos, por ejemplo) puedan solicitar sin mayores trámites un permiso de residencia permanente. Asimismo, se establece un procedimiento para, 'en caso de necesidad', escoger a otros inmigrantes a través de un sistema de selección en el que puntuarán criterios como la posibilidad de poder vivir por sus propios medios en Alemania, la experiencia profesional, la edad y la afinidad con la cultura y la lengua germana.

A diferencia de lo que sucede hoy día, también los estudiantes universitarios extranjeros podrán obtener sin mayores dificultades un permiso de trabajo. Para facilitar su integración, todos los extranjeros que aún no hablen alemán y vivan menos de seis años en el país deberán tomar un curso de idioma y otro de historia, cultura y orden jurídico alemán. La resistencia a participar en estas clases restará puntos en la renovación del permiso de residencia.

Todo ello, desde luego, se refiere tan sólo a los extranjeros no comunitarios: para los ciudadanos de la Unión Europea, por contra, se abole por completo la necesidad de solicitar un permiso de residencia. En vez de ello, la policía se limitará a expedir una constancia de la inscripción en el registro de ciudadanos.

Aparte de la inmigración laboral, el proyecto de ley busca simplificar la acogida por razones humanitarias y la posibilidad de solicitar asilo en Alemania. Este último estatuto ahora podrá ser invocado también en casos de persecución no estatal y sexual, un punto que Los Verdes consideran un importante logro en el largo pulso que mantuvieron por una ley menos restrictiva con el ministro socialdemócrata del Interior, Otto Schily.

El proyecto ahora pasará a la Cámara baja, el Bundestag, donde socialdemócratas y verdes cuentan con la mayoría, y luego tendrá que ser debatido en la Cámara alta, en la que la coalición gubernamental requiere del respaldo de al menos uno de los Estados federados en los que gobierna la Unión Cristiana Democrática (CDU).

Los conservadores, desde ayer mismo, enfilaron sus críticas contra una ley que, a su juicio, hace lo contrario de lo que debería: amplía la inmigración en vez de restringirla. La CDU ya en 1999 había tenido éxito electoral al rechazar con argumentos xenófobos una reforma al derecho de ciudadanía y podría verse tentada a actuar de manera similar en los comicios nacionales del próximo año. En la actualidad, en Alemania viven 7,29 millones de extranjeros, cerca de un 9% de la población. Alrededor de 2 millones de ellos son de origen turco.