'Las casas de subastas tienen demasiado poder'
Reinhard Onnasch (Görlitz, Alemania, 1939) es un constructor y empresario inmobiliario que en 1968 decidió abrir una galería de arte en Berlín. Tres años más tarde, inauguraba también sala en Colonia, y en 1972 decidió cruzar el charco y convertirse en el primer alemán que tenía una galería en Nueva York después de la guerra. Reconoce que era más fácil colocar el arte estadounidense en Alemania que el alemán en Estados Unidos. 'La primera exposición que organicé en Nueva York era una monográfica de Gerhard Richter que incluía 42 obras. No se vendió ninguna y eso que costaban entre 8.000 y 10.000 dólares de la época. Richter se quedó muy decepcionado. Hoy, un cuadro que estuvo en aquella exposición cuesta unos 10 millones de dólares'.
No le fue muy bien como galerista. La aventura americana acabó en 1976 y la de Colonia, 11 años más tarde. Durante este tiempo, ya se había transformado en coleccionista. 'No fue un paso consciente porque ya coleccionaba como galerista, bien porque compraba las obras, bien porque no las vendía y tenía que quedármelas. Cuando cerré las salas, simplemente seguí coleccionando'. Afirma que selecciona mucho las piezas concretas que desea y compra sobre todo en casas de subastas, galerías y, 'bastante menos' a los propios artistas. Afirma que 'las casas de subastas tienen demasiado poder porque incluso el mercado a pequeña escala está condicionado por ellas'. Es algo, asegura, 'que tendría que cambiar' aunque se reconoce 'expectante' ante lo que pueda suceder en Nueva York con las grandes subastas de arte contemporáneo, que han comenzado esta semana. 'En los últimos cuatro años, el mercado ha ido subiendo, pero creo que ahora se estabilizará'.
Onnasch no se considera un coleccionista influyente. 'Mi pretensión no ha sido nunca crear un museo o influir en el gusto o en el mercado', señala. En este sentido, considera 'simplista' y de escaso interés la operación del británico Charles Saatchi. 'Yo compro lo que me gusta a mí'. Básicamente, arte estadounidense, alemán y francés. 'No he comprado arte español porque no conozco o no he encontrado un contenido que me atraiga', comenta. 'Hay grandes artistas como Tàpies y Chillida, pero son muy clásicos'.
