Los paraísos fiscales reclaman más datos sobre Gescartera
Las peticiones de ayuda judicial se siguen sin contestar por falta de información precisa
El paradero de los 16.700 millones de pesetas desaparecidos de Gescartera continúa siendo un misterio. Ni el Banco de España, que ha seguido el rastro a las salidas al exterior de la agencia de valores, ni la policía, que husmea por paraísos fiscales, tienen pistas fiables del lugar donde se oculta el botín. Las comisiones rogatorias enviadas a Suiza, Gran Caimán y Jersey han sido devueltas porque la información remitida es insuficiente. La experiencia de otros chiringuitos financieros demuestra que nunca se recupera el dinero.
Los peritos creen que el botín de Camacho ya ha sido sometido al 'efecto helicóptero'
El botín de Antonio Camacho, propietario de Gescartera, ha sido ya objeto del denominado efecto helicóptero: mover el dinero de un país a otro, en idas y venidas fugaces y reiteradas, aparentemente absurdas e inútiles, con la única finalidad de borrar su rastro hasta dejarlo descansar en un paraíso fiscal donde no se atienda a ninguna petición de colaboración judicial.
Peritos adscritos a la Fiscalía Anticorrupción aventuran esta hipótesis, que se repite como si figurara en un manual de delincuencia económica en la mayoría de las investigaciones sobre delitos financieros, y reconocen la dificultad para recuperar el dinero una vez que se localiza su primera parada. 'Se dará con el rastro. Otra cosa es que se recupere una vez localizado', señalan varios expertos consultados.
El ejemplo más reciente de esta técnica corresponde a los 1.700 millones de pesetas que Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil, escondía en 1993 en un banco suizo y que mediante el efecto helicóptero, propulsado por varios testaferros y un despacho de abogados de Luxemburgo, nunca fueron recuperados. El Overseas Union Bank, un gigantesco banco de Singapur, fue la última escala conocida.
El informe sobre el caso Gescartera remitido por el Banco de España a la juez Teresa Palacios, que investiga el caso en la Audiencia Nacional, asegura que desde 1993 a 2001 la agencia de valores sacó de España 29.498 millones de pesetas en setecientas operaciones diferentes y en el mismo periodo de tiempo retornó una cantidad similar. La cantidad neta que permanecería fuera es sólo de 25 millones de pesetas. Pero la evidencia demuestra que el dinero desaparecido no está en España. Es decir, que lo que salvó Camacho, una vez descontado el agujero que arrastraba su empresa, se mantiene fuera y a buen recaudo.
El estudio de la Oficina de Balanza de Pagos del Banco de España omite cómo salió el dinero de España, adónde fue, desde dónde y cómo volvió de nuevo. No habla de sociedades, ni de los bancos que le han proporcionado la información, ni describe las operaciones concretas que se llevaron a cabo en esta operativa exterior. Es decir, no revela la identidad del colaborador necesario en la salida y entrada del dinero, algo que en opinión de los expertos es clave para llegar hasta el paradero del botín.
¿Qué banco sacaba el dinero? ¿Adónde lo remitía? ¿En dónde se invertía? ¿A través de qué sociedades? ¿Cómo regresaba a España? ¿Desde dónde? El Banco de España no responde en su informe a ninguna de esas preguntas y se limita a añadir que el saldo máximo en las cuentas de Gescartera no superó nunca los 3.000 millones, y que en los primeros seis meses de este año, poco antes de la intervención, desaparecieron de las cuentas de Gescartera más de 2.000 millones.
El informe añade que no se ha podido establecer ninguna relación de Camacho con las sociedades Willow, EGB y Beta Capital radicadas en paraísos fiscales. Fuentes judiciales señalan que las comisiones rogatorias (peticiones de ayuda judicial) remitidas a Suiza, Gran Caimán y Jersey han sido devueltas sin contestar por las autoridades de estos países, que consideran que los datos enviados son insuficientes para colaborar. En este sentido reclaman detalles más precisos para poder contestar.
Solamente en Gran Caimán hay 27 sociedades con el nombre de Willow. Sin el nombre preciso y completo no es posible conseguir una respuesta de los jueces de la isla caribeña, un territorio opaco que pone toda clase de pegas para colaborar. El juzgado prepara ampliaciones de sus comisiones rogatorias para conseguir el auxilio de la justicia en estos paraísos fiscales.
La Fiscalía Anticorrupción ha rebajado de 18.000 a 16.700 millones de pesetas la cifra del dinero reclamado por los 2.000 clientes estafados en el caso Gescartera. Fuentes de la investigación judicial reconocen su ignorancia sobre el paradero del dinero desaparecido y destacan que lo único acreditado en estos cinco meses de trabajo es el dinero del que se apropió Camacho para sus gastos personales al disponer de las cuentas de sus clientes.
El grueso de la investigación recae en los peritos adscritos a la Audiencia Nacional que intentan recomponer la compleja operativa bursátil de compras y ventas intradía (en el día) aplicadas a una tropa de parados pagados por Gescartera para desviar los fondos que les entregaban sus clientes. Hasta el momento no se dibuja la senda que siguió el dinero desaparecido. El trabajo pericial pretende descubrir al colaborador necesario que lo sacó fuera de España, presumiblemente uno de los bancos que operaban con la agencia de valores.
Un perito de la Agencia Tributaria es taxativo en su diagnóstico: 'Hay demasiado ruido de fondo y eso está dificultando la investigación. Hay que ir a buscar el dinero, y lo demás, responsabilidades políticas incluidas, se dará por añadidura. El dinero que han perdido 2.000 personas debería ser ahora lo primordial'.
Un repaso a la historia de los veinte chiringuitos financieros desmantelados por el grupo contra el fraude bursátil de la policía arroja una conclusión inquietante: nunca se recuperó el dinero. Solamente los mil afectados en el caso de Diagonal Divisas cobrarán una parte insignificante.
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