El alcalde de Salteras gestionó el ingreso involuntario de su esposa en la unidad psiquiátrica del Virgen del Rocío
Los informes médicos posteriores descartaron que Rosa Carmona sufriese trastornos psicóticos
El alcalde de Salteras (Sevilla), el socialista Carlos González-Eiris, gestionó el ingreso involuntario en la unidad psiquiátrica del hospital Virgen del Rocío de su esposa Rosa Carmona, que recibió el alta cuatro días después. El informe psiquiátrico privado que sirvió para el internamiento, asumido por una médica del SAS, apreciaba un trastorno delirante paranoide en la mujer, que descartaron todos los informes médicos públicos posteriores. González-Eiris, además, ocultó su relación conyugal el pasado 18 de mayo, cuando acudió al Centro de la Mujer para indagar sobre las gestiones que su esposa realizaba para separarse. El regidor se presentó como tal, pero mintió al decir que estaba mediando en el caso del marido de Rosa Carmona.
Rosa Carmona Montes, de 44 años, acudió por vez primera al Centro de la Mujer en Sevilla el 11 de mayo para asesorarse sobre los trámites que debía seguir para separarse de su marido, Carlos González-Eiris. El día 17 pidió en el ayuntamiento de su pueblo, Salteras, del que es alcalde su marido, un certificado de signos externos, necesario para tener derecho a un abogado de oficio por falta de ingresos.
Justo al día siguiente, su marido se presentó en el Centro de la Mujer para interesarse por las gestiones realizadas hasta entonces por Rosa Carmona. Dijo que era el alcalde de Salteras, pero ocultó a la trabajadora que le atendió que estaba casado con la mujer que pretendía separarse de él y sobre la que demandaba información. 'Quería que supieran que estaba en tratamiento psiquiátrico, creía que era mejor, no había otro ánimo en absoluto', dijo el alcalde el pasado viernes a este diario.
González-Eiris justificó su petición ante la trabajadora con el argumento de que estaba mediando para un vecino de su pueblo casado con Rosa Carmona y que ésta sufría trastornos psiquiátricos desde hacía tiempo. El alcalde explicó que había omitido su relación conyugal porque creyó que le prestarían menos atención si se presentaba como el esposo.
Pocas semanas después, Rosa Carmona decidió que abandonaría el hogar familiar de Salteras para refugiarse en un centro de acogida de mujeres maltratadas. El 7 de junio fue internada en la unidad psiquiátrica del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, contra su voluntad y, a la vista de los sucesivos informes médicos, sin necesidad alguna de ello.
Utilizando como base el informe de un psiquiatra privado, fechado casi un mes después de la única visita que le hizo Carmona, la médica de salud mental del distrito sanitario Aljarafe del SAS solicitó el 7 de junio 'el ingreso involuntario urgente' de la mujer en la unidad psiquiátrica del Virgen del Rocío. La facultativa, a petición de Carlos González-Eiris y sin ver a Rosa Carmona, emitió un informe en el que se limitaba a reproducir el contenido del redactado por el psiquiatra privado, que concluía que la mujer padecía un 'trastorno delirante paranoide, tipo celotípico'.
En el parte médico se hace constar que hay una negativa de la afectada, por su 'falta de conciencia de enfermedad', a someterse a tratamiento o asistir a una consulta. González-Eiris indicó que había acudido al distrito sin su esposa porque se había negado a ir y que los padres de Rosa Carmona le habían solicitado que interviniese. 'Me limité a derivar a través de los sistemas establecidos el informe de un médico', afirmó.
En su conversación con este diario, González-Eiris insistió en que sólo había actuado movido por el deseo de que su esposa 'se pusiera bien'. 'Sólo tenía voluntad de que se tratara porque estaba en una situación crítica', agregó. Rosa Carmona ingresó en la unidad de psiquiatría del hospital Virgen del Rocío el jueves a las 16 horas, a instancia de sus padres y su marido. El informe de alta, que le conceden el lunes siguiente, señala que ingresa por 'problemática depresiva-ansiosa' relacionada con su separación. El médico dice que 'no se aprecia patología psicótica'. Ese mismo día, 11 de junio, Carmona decide refugiarse en un centro de acogida para maltratadas. 'Le cogí mucho miedo, vi que había atentado contra mi vida y pensé que de la segunda vez no saldría', relató a este diario hace días.
El seguimiento médico pasa a depender entonces del hospital Virgen Macarena. Desde la primera visita, el miércoles 13 de junio, hasta que se emite el informe final, el jueves 12 de julio, la entrevistan en siete ocasiones un psiquiatra y una psicóloga. El informe concluye que no presenta ni trastornos de personalidad ni psicopatologías, aunque tiene síntomas de ansiedad y depresión relacionados con 'una situación de maltratos psicológico, sexual y físico' relatados por la paciente. De igual modo, concluyen que no observan conductas de riesgo.
Carmona presentó el 20 de junio, mientras permanecía en la casa de acogida, la solicitud de las medidas provisionales previas a la demanda de separación. En un auto del 28 de septiembre, la juez de primera instancia e instrucción número 2 de Sanlúcar la Mayor, Patricia Fernández, decidió otorgar la guarda y custodia de los dos hijos de la pareja, de 3 y 17 años, a Carlos González-Eiris. Tuvo en cuenta para ello el deseo expresado por el primogénito, pero también las 'divergencias' sobre el estado de Carmona recogidas entre el informe privado y los sucesivos dictámenes de hospitales públicos.
Recogida de firmas
Los vecinos de Salteras no dan demasiado crédito a la denuncia por malos tratos presentada contra el alcalde por su esposa, Rosa Carmona. Al menos, así se desprende de la buena acogida que, según varios vecinos, ha tenido la iniciativa de un grupo de amigos de Carlos González-Eiris de recoger firmas a favor del edil socialista. Salteras es una localidad cercana a Sevilla con 2.913 habitantes y en cuyo Ayuntamiento lleva 12 años de gobierno con mayoría absoluta González-Eiris. Los promotores de la iniciativa lo hacen, aparentemente, sólo con su relación de amistad con el alcalde como argumento, puesto que la recogida de firmas no se hace en nombre ni del PSOE ni del Ayuntamiento ni de ningún colectivo o asociación formalmente constituido. La buena respuesta a la propuesta de recabar el apoyo al alcalde de los vecinos de Salteras mediante sus firmas confirma la buena imagen que González-Eiris tiene en el pueblo, una imagen que desde que la denuncia por malos tratos salió a la luz pública se ha traducido, según el propio alcalde, en constantes muestras de afecto y respaldo por parte de sus conciudadanos.
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