United Airlines sufre las mayores pérdidas en 75 años de historia

United Airlines, la segunda compañía aérea del mundo tras American, anunció ayer pérdidas por valor de 1.160 millones de dólares (1.275 millones de euros) en el tercer trimestre, récord absoluto en los 75 años de historia de la compañía que durará tres meses, porque los números rojos que va a producir el periodo octubre-diciembre serán aún mayores.

Los datos no hacen más que dar cifras al desastre financiero del trimestre julio-septiembre para las compañías aéreas de Estados Unidos, que ya llevaban un penoso ejercicio antes de la puntilla recibida por los ataques terroristas del 11 de septiembre, para los que se utilizaron dos aviones de United y otros dos de American.

A mediados del pasado mes, James Goodwin, entonces presidente de United advirtió que la compañía desaparecería el año que viene a no ser que se cortara la sangría financiera. El anuncio provocó una tormenta interna y el relevo de Goodwin. Su sustituto, John Creighton, anunció ayer que en el actual trimestre las pérdidas serán 'sustancialmente mayores'. En octubre, United perdió 15 millones de dólares al día.

Las pérdidas en el balance hubiesen sido mayores de no ser por los 15.000 millones de ayuda de emergencia aprobados por el Congreso para todo el sector, 5.000 en efectivo y 10.000 como garantías de otros créditos. United ha contabilizado 391 de esos millones en las cuentas recién presentadas.

Delta, la tercera aerolínea de Estados Unidos, ha recibido ya 104 millones, lo que le ha permitido presentar pérdidas en el tercer trimestre por valor de 295 millones de dólares. A Continental, la quinta del ranking, los 243 millones de ayuda le han servido para concluir con tres millones de beneficios.

Los analistas esperan que el conjunto del sector concluya el año con pérdidas en torno a los 5.000 millones de dólares, a pesar de las ayudas públicas y la inmediata adopción de drásticas medidas para recortar gastos, en las que se van incluidas el despido de casi 100.000 empleados. Las compañías han eliminado vuelos y servicios a bordo, pero siguen sin recuperar pasajeros. La ocupación es un 30% inferior a la de 2000.