Patricia Ferreira dirige la adaptación al cine de una novela de Lorenzo Silva
'El alquimista impaciente' se rueda en Madrid y en la Costa del Sol
Los agentes de la Guardia Civil Chamorro y Bevilacqua, protagonistas de dos novelas de Lorenzo Silva, van camino del estrellato con su salto a la pantalla grande. La directora Patricia Ferreira rueda estos días El alquimista impaciente, adaptación de la novela de Silva con la que ganó el Premio Nadal en 2000, y Agustí Vila retoca el guión de El lejano país de los estanques, el primer libro de Silva sobre esta singular pareja.
Ferreira desea ser fiel a la obra pero 'cuando la historia empieza a crecer desde el papel y se convierte en una película en la que trabaja mucha gente, ser fiel es imposible', afirmó durante la presentación del rodaje en la sierra madrileña. La expectación creada por este largometraje, con un presupuesto de 380 millones, es mucha tras el éxito de su ópera prima, Sé quien eres, aunque ello no la condiciona.
Los guardias Rubén Bevilacqua -Roberto Enríquez- y Virginia Chamorro -Ingrid Rubio- son, según Ferreira, 'seres con vidas normales en Madrid que se trasladan a Guadalajara para investigar el homicidio de un ingeniero'. Allí, y luego en la Costa del Sol, tienen que 'sacar la verdad en el mundo de las centrales nucleares, de los banqueros y de las mafias rusas'. La realizadora confía en que los espectadores 'se sientan identificados con ellos' y lo que más le interesa del tándem es su capacidad de pensar sobre su trabajo, porque 'sólo lo hemos visto en novelas policiacas'.
'Un gran filón de lectores de esta novela son los adictos a la serie Expediente X', explicó Silva. 'Recibo mensajes de ellos en los que me dicen que les ven como unos Mulder y Scully nuestros', aseguró el escritor, aunque puntualizó que los suyos 'son menos de película'.
Ingrid Rubio y Roberto Enríquez, a quienes acompaña en el reparto el actor argentino Miguel Ángel Solá, van muy en esa línea, piensa, aunque sus caras no son las que tenía en la cabeza: 'A Roberto me lo imaginaba más bajo, con barba, y a Chamorro, alta, rubia y con rasgos duros', asegura el autor. Un físico contrario al de la angelical Ingrid Rubio, quien aseguró ser capaz de mostrar firmeza: '¡Qué cruz la mía con esta cara!'.
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