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CRISIS INTERNACIONAL

Putin quiere aprovechar la crisis tras los atentados para impulsar la integración de Rusia en la OMC

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aprovecha la sensación de crisis propiciada por el 11 de septiembre para impulsar con mayor energía la integración económica y política de su país en el mundo. Ayer, en una sesión del Foro Económico Mundial de Davos, celebrada por primera vez en Moscú, Putin mostró impaciencia ante los obstáculos existentes para el ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y afirmó que Rusia quiere 'que se le apliquen las reglas generales' y que 'no se le exijan cosas que a otros países no'.

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El pragmático dirigente ruso no dio detalles sobre los 'problemas' concretos en las negociaciones en las que deben armonizarse los intereses de Rusia y de otros 72 países miembros de la organización. El ingreso en la OMC es una de las prioridades de la política de modernización económica del Gobierno ruso, pese a que una parte de los empresarios locales se muestran reticentes a la supresión de medidas proteccionistas que ello conllevará. Entre estos sectores está la industria automovilística, la de aviación y los bancos.

Putin aseguró ayer que los esfuerzos para integrarse en la OMC estarán en consonancia con los 'intereses nacionales' rusos. Por su parte, el ministro de Finanzas, Alekséi Kudrin, consideró ayer realista la posibilidad de que Rusia ingrese en la OMC para 2004. Medios económicos occidentales opinan que el acercamiento político general entre Rusia y Occidente tras los atentados del 11 de septiembre puede servir para acelerar un proceso para el cual China ha necesitado 15 años de negociaciones. Advertían, sin embargo, que el 'factor político' que ha entrado en juego en el caso de Rusia no puede, sin embargo, compensar la adaptación legislativa que Moscú tiene todavía por delante, a pesar de los progresos realizados en el ámbito de la reforma fiscal y la supresión de barreras burocráticas. Putin anunció ayer la próxima creación de un organismo que estará destinado a detectar los procesos de 'lavado' de ingresos obtenidos de forma ilegal y que funcionará de forma coordinada con el ministerio de Finanzas.

Inversión extranjera

Después de la crisis financiera del 98, Putin necesita que los inversores internacionales vuelvan a confiar en Rusia con el fin de impulsar la 'modernización' económica que su país no puede realizar en solitario. 'Ante nosotros está la tarea de reducir al mínimo los riesgos económicos y confiamos en poder hacerlo con su ayuda y su participación', dijo Putin a los empresarios extranjeros reunidos ayer en Moscú. El presidente insistió en presentar a su país como un garante de estabilidad energética en un panorama internacional inestable y mostró ayer su satisfacción por el anuncio de la compañía petrolera Exxon Mobil de invertir 12.000 millones de dólares en un proyecto internacional de explotación de los yacimientos petrolíferos de Sajalín, en el extremo oriente ruso. Ésta será la mayor inversión extranjera directa realizada hasta ahora en Rusia.

Rusia aún depende en gran medida de la exportación de materias primas (gas, petróleo, metales, madera) y es vulnerable a las oscilaciones de los precios del crudo. Esta vulnerabilidad subyace hoy al optimista discurso oficial, que pronostica un crecimiento del 5,5% para este año. Si el precio del crudo ruso desciende por debajo de los 18,5 dólares por barril de media anual, Rusia tendrá problemas para pagar sus deudas exteriores y deberá plantearse la posibilidad de pedir nuevos préstamos, según reconoce su ministro de Finanzas, Alexei Kudrin. Mientras el precio del petróleo se mantenga entre los 21 y los 24 dólares por barril, el Gobierno pagará las deudas del FMI y del Club de París, como ha venido haciendo a lo largo de este año. El grueso de la deuda rusa vence en 2003 y supone 19.000 millones de dólares.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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