España se plantea ser la sede del reactor ITER de fusión nuclear
El proyecto internacional costará unos 665.000 millones de pesetas
España ha iniciado un estudio de viabilidad para ofrecerse como sede del futuro reactor experimental de fusión nuclear ITER, un macroproyecto internacional concebido para ensayar las tecnologías implicadas en esta nueva forma de producción energética. Hasta ahora, sólo Canadá ha presentado su candidatura como anfitrión del ITER, que tardará 10 años en construirse. Francia tiene ya preparada su oferta.
El coste total del ITER (siglas, en inglés, de Reactor Internacional Termonuclear Experimental) asciende a unos 4.000 millones de euros (unos 665.000 millones de pesetas), y el país que aloje la máquina se debe hacer cargo de entre 6.000 y 10.000 millones de pesetas anuales durante los 10 años de construcción.
La fusión nuclear -la misma que alimenta las estrellas y las bombas de hidrógeno- es un sueño desde hace décadas como fuente de energía inagotable (el combustible es el agua del mar), segura (no puede desencadenar una reacción en cadena) y medioambientalmente aceptable. Sin embargo, su logro implica una complejidad científica y tecnológica colosal.
España, en concreto el Ministerio de Ciencia y Tecnología, ha notificado oficialmente a la organización Euratom la elaboración del estudio de viabilidad para ser sede del ITER y ha encargado la coordinación de dicho estudio al Ciemat, donde está el Laboratorio Nacional de Fusión con el reactor español de investigación científica TJ-2. La decisión sobre la ubicacion del futuro reactor mundial se tomará el año que viene. Los socios del proyecto son Europa, Japón, Rusia y Canadá; EE UU lo abandonó, pero los expertos consideran que difícilmente se mantendrá al margen cuando finalmente eche a andar.
'Es una oportunidad para España: si hay un proyecto tecnológico internacional de esta envergadura, es interesante analizarlo', comenta Félix Yndurain, director del Ciemat. 'Cuando tengamos este estudio, el Gobierno español decidirá si presenta la candidatura para la instalación'.
El Ciemat ha pedido al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) que evalúe los retornos que tendría para la industria española la instalación del ITER. También ha encargado un estudio sobre posibles ubicaciones que cumplan requisitos como las condiciones geológicas, la accesibilidad para transporte de grandes equipos o el suministro eléctrico. Yndurain explica que un informe preliminar estará listo en el plazo de tres o cuatro meses, y el definitivo, alrededor de mayo de 2002.
La idea del ITER surgió en los años ochenta como un macroproyecto internacional para desarrollar y construir un reactor experimental de ensayo de la fusión nuclear para producir energía. La idea cuajó en un proyecto muy ambicioso y con un coste elevadísimo (más del doble del actual), que posteriormente se ajustó hasta el plan actual: un reactor más modesto en el que probar juntas las tecnologías necesarias.
La reacción de fusión parte de dos isótopos de hidrógeno (deuterio y tritio) que se unen formando átomos de helio y generando energía. Para alcanzar dicha reacción hay que lograr altísimas temperaturas y densidades del combustible durante el tiempo necesario para que se produzca la fusión atómica. Estas tres condiciones se han logrado en breves experimentos (en Europa y en EE UU), pero introduciendo en el sistema más energía de la obtenida.
'El ITER será una gran instalación, de unos 20 metros de altura y 15 de diámetro; el objetivo es producir 500 megavatios introduciendo 50 en el reactor', explica Carlos Alejaldre, responsable del Instituto Nacional de Fusión y experto del grupo europeo de negociación del proyecto.
Por ahora, sólo Canadá ha presentado su candidatura oficial para alojar el ITER (propuesta por un consorcio de empresas que consideran rentable el proyecto), y el Comisariado de Energía Atómica francés, con la supervisión del Euratom, ha hecho ya el informe favorable para instalarlo en Cadarache.
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