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Los talibanes denuncian un nuevo ataque sobre civiles

Un pequeño pueblo de montaña, al sur de Afganistán, fue confundido con un campo de entrenamiento de terroristas y bombardeado ayer por aviones estadounidenses, señalaron fuentes oficiales de los talibanes, que agregaron que 12 civiles habían muerto durante el ataque. 'Este pueblo está muy aislado y no hay hospitales para atender a las víctimas. Es una situación terrible', dijo Abdul Hanan Hemat, jefe de la agencia oficial de prensa de los talibanes, Bajtar. El régimen de Kabul señaló ayer que un total de 1.000 civiles han muerto durante los ataques, aunque esta cifra no ha podido ser confirmada de forma independiente.

Hemat también desmintió el rumor de que Bin Laden había muerto durante los bombardeos. 'No es el caso', dijo. 'Ningún invitado ni responsable talibán' ha resultado herido, agregó. La agencia oficial también señaló que unas nueve bombas cayeron ayer sobre Kabul y confirmó que tropas talibanes en la línea de frente al norte de la capital, en Bagram y Charikar, fueron también alcanzadas por los bombardeos.

Golpe de efecto

Los talibanes dieron ayer un golpe de efecto propagandístico al conseguir que su emisora, La Voz de la Sharia (ley islámica), volviese a emitir a través de un transmisor móvil a pesar de que su estación principal, en los suburbios de Kabul, fue uno de los primeros objetivos de los ataques angloestadounidenses. La programación, que se prolongará durante una hora al día, dedicada a rezos y a noticias, sólo podrá ser escuchada desde Kabul.

El líder de los talibanes, el mulá Omar, reiteró ayer la prohibición de cultivar opio y aseguró que aquellos que violen la ley serán castigados, aunque fuentes de la ONU indicaron que, dado el caos en el que está sumido el país, no se podrá comprobar si la orden es cumplida. Hasta el año pasado, cuando Omar prohibió por primera vez el cultivo de opio, Afganistán era el principal productor mundial.

El único canal de comunicación permanente del régimen de Kabul con el exterior se cerró ayer temporalmente, cuando el embajador de los talibanes en Islamabad, Abdul Salam Zaif, abandonó Pakistán para entrar en Afganistán. 'Tengo que hablar con las autoridades de algunos problemas, que no pueden ser tratados por teléfono', dijo Zaif.

La situación militar de los talibanes en el norte del país, sobre todo en torno a la estratégica ciudad de Mazar-i-Sharif, podría agravarse si se confirman informaciones provenientes de Uzbekistán que sitúan a 2.000 miembros de las tropas especiales de EE UU en la frontera, a sólo 45 kilómetros de Afganistán, dispuestos a actuar en cualquier momento.

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