El IV Salón del Libro Iberoamericano de Gijón recuerda a los escritores emigrados

Escritores, editores, libreros, traductores, agentes literarios y críticos de ambas orillas del Atlántico participan desde ayer en Gijón en la IV edición del Salón del Libro Iberoamericano, que dirige el escritor chileno afincado en Asturias Luis Sepúlveda, y que este año aborda como principal enunciado La otra emigración, una propuesta de reflexión sobre el exilio en la literatura, fenómeno que ha sido un recurrente motivo de desplazamiento de los escritores entre uno y otro lado del océano.

El homenaje a los autores del éxodo y la diáspora se encarnará de manera emblemática en el filósofo gijonés José Gaos (1900-1969), discípulo y amigo de Ortega y Gasset y de García Morente, y expatriado tras la guerra civil española a México, donde contribuyó a formar a varias generaciones de filósofos. Con este motivo, se presenta hoy en la sede del Salón, el Centro Cultural Antiguo Instituto, el libro Confesiones profesionales y aforísticas. En el acto estarán las dos hijas del filósofo, Paloma y Ángeles.

Aunque buena parte de los debates y mesas redondas del Salón del Libro Iberoamericano girarán a lo largo de esta semana sobre los exilios y las emigraciones, el Salón no será ajeno a los acontecimientos internacionales que ahora mismo protagonizan los avatares del mundo.

Lo dijo ayer el director de esta iniciativa literaria, Luis Sepúlveda: 'En estos tiempos de incertidumbre en los que la realidad vacila ante la ficción, y en donde estamos inmersos en una guerra sin saber muy bien cuál es el enemigo ni cuánto tiempo va a durar, sentimos necesaria la realización de un evento como éste porque hoy más que nunca son los escritores los encargados, con entera responsabilidad, de realizar la gran síntesis que permita comprender el mundo contemporáneo'.

Españoles y cubanos

Medio centenar de escritores en idioma castellano y portugués y unos sesenta editores constituyen los dos colectivos más numerosamente representados en este cuarto Salón del Libro Iberoamericano. Durante cinco días abordarán la realidad de los autores transterrados, un fenómeno que se ha mantenido a lo largo del tiempo en uno y otro sentido entre la península Ibérica y América ya desde el exilio masivo de los jesuitas en 1767. Pero dos intensas corrientes migratorias por causas ideológicas capitalizarán en particular el grueso de los debates: el éxodo de los republicanos españoles a la América hispana, donde dejaron una profunda huella de su pensamiento, y el más reciente exilio de intelectuales y escritores cubanos a Estados Unidos y a Europa.

La tesis de la que arrancan los coloquios no es otra que la profunda e importante huella cultural y los aportes que esos colectivos dejaron, y dejan, en los países de acogida, de modo que, lejos de ser el exiliado 'un portador de problemas', es un introductor de 'evolución y desarrollo' allí donde se asienta.

Ayer, tras el acto inaugural del Salón del Libro Iberoamericano, la organización entregó el premio del Salón, en su tercera edición, al colombiano Alexander Prieto Osorno.

Durante la semana, con un marcado carácter literario, se presentarán también novedades editoriales y varias producciones cinematográficas.

Los actos, aunque con sede en Gijón, se celebrarán también en otros cinco municipios de la comunidad -las casas de la cultura de Langreo, Corvera, Siero, Grado y Turón-, y además Oviedo acoge en paralelo el Encuentro Internacional de Jóvenes Escritores.

Entre los actos programados también figura, por segundo año consecutivo, la celebración de un recital de poesía y un taller literario en el centro penitenciario de Asturias, en la localidad de Villabona.