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Los payeses de la avellana amenazan con interrumpir las obras del AVE

Los agricultores exigen ser recibidos por el ministro de Agricultura

Unos seiscientos agricultores del sector de la fruta seca del sindicato agrario Unió de Pagesos (UP) salieron ayer a la carretera en Tarragona y Lleida para protestar por la situación en que se encuentran sus cultivos, sin ayudas de la Unión Europea y con una competencia de Turquía y EE UU que juzgan desleal. UP amenaza con interrumpir las obras del AVE en su trazado catalán si el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, no recibe a los sindicalistas y les explica qué tipo de ayuda es la que percibirán de fondos comunitarios.

Ayer, los payeses más madrugadores se concentraron a partir de las nueve de la mañana en la carretera de Gandesa a Batea. El resto de las concentraciones de agricultores se produjeron en Perafort, La Selva del Camp, Valls y Vinaixa. Los cortes de tráfico fueron esporádicos, con alguna quema de neumáticos, aunque sin interrumpir del todo la circulación. Los agricultores repartieron a los conductores octavillas en las que se explicaba el motivo de unas acciones que se remontan a la pasada década.

Los agricultores de Tarragona se sumaron así a una protesta, a la que también estaban llamados los cultivadores de fruta seca del resto de España, convocada para denunciar la situación de pasividad del Gobierno y en particular del titular del Ministerio de Agricultura, Arias Cañete, que, recuerdan, se comprometió a celebrar una reunión con el sector el pasado mes de julio. Los payeses de Tarragona, en palabras del representante de la fruta seca de UP, Pere Guinovart, activarán su lucha en las próximas semanas en caso de que Cañete no se avenga a explicar cuál es su postura en las negociaciones con la UE: o bien demandar una nueva prórroga a las ayudas que se estaban percibiendo hasta el momento o solicitar una ayuda directa desligada de la producción.

Los payeses han escogido las obras del AVE para radicalizar su protesta porque en ellas tiene inetreses el Gobierno central, al que acusan de la crisis del sector. UP considera que la situación es peor que la de 1996, cuando se produjo la guerra de la avellana, con nueve meses de virulentas movilizaciones y un encierro en la catedral de Tarragona.

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