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Reportaje:

La escritura que logra acallar fantasmas

Bajo el título 'Literatura y asfalto', una ONG publica 54 relatos de personas 'sin techo' y víctimas de la marginación

Pocos madrileños pueden decir que han vivido en el parque del Buen Retiro. Ángeles es uno de ellos. Y esa singular experiencia, a la que le empujaron sus problemas de alcoholismo, es el tema del relato que esta mujer de 47 años presentó al concurso de cuentos Literatura y asfalto, organizado hace casi un año por la asociación RAIS, que trabaja con personas sin hogar. Ahora, esta organización no gubernamental ha publicado, con ayuda de la Comunidad de Madrid, un libro con las 54 narraciones que se presentaron a la convocatoria, todas ellas escritas por personas que sufren o han sufrido en sus carnes la marginación social.

'Es impresionante ver la Luna llena, las estrellas, la lluvia, la niebla, el amanecer, el oscurecer y el arco iris al natural en pleno Retiro', explica Ángeles en su cuento (que quedó finalista), provocando la envidia del lector.

Pero ella no es una mujer que se engañe. 'He vivido mucho tiempo en la calle y he tenido, cosa rara, momentos fenomenales, aunque también los ha habido horribles', matiza para que nadie se confunda. Uno de esos días negros fue cuando un desconocido intentó estrangularla en plena noche del parque.

Lo mejor de todo lo vivido en estos años, su compañero (ahora en prisión), su perro y su cobijo: una antigua casa de guardeses del parque, parecida a una cabaña de madera de los montes de Canadá.

Coger el hábito

'Siempre me ha gustado leer, hasta bebida seguía leyendo, pero ahora me gustaría coger el hábito de escribir', continúa esta madrileña que empezó a estudiar Derecho en la universidad, pero a la que la vida fue llevando por otros derroteros. Ahora vive en una pensión, vende la revista También Contamos, editada por la asociación RAIS, y está intentando dejar del todo el alcohol.

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A José Pablo Pavón, ganador del concurso con su Noche de ronda, poblada de vampiros, hombres lobo y otros seres de los bajos fondos, la literatura le ha servido de estímulo. 'En realidad, lo que más me ha ayudado es la metadona', admite este hombre que ha pasado la mitad de sus 41 años enganchado a la heroína. 'Pero también fue un apoyo colaborar en la creación de la revista Ventana Abierta en el centro de toxicómanos de Latina', añade.

Nunca ha estado tirado en la calle, pero ha pasado días y días en ella: 'Como suele ocurrir cuando vas mucho a pillar', dice. Escribe desde siempre, sobre todo en el metro, porque le ayuda a quitarse 'fantasmas de la cabeza', y cree que concursos como éste titulado Literatura y asfalto son buenos 'porque muestran lo que pueden hacer personas de las que mucha gente cree que sólo tienen necesidades'.

Carmen Sacristán, directora de RAIS, una entidad que edita la revista También Contamos, vendida en las calles de la ciudad por los sin techo, explica que la escritura ha ayudado a salir del hoyo a algunas de estas personas. Por eso la ONG cuenta con un taller de escritura en su sede, situada en el número 20 de la calle del Acuerdo, en el distrito de Centro (teléfono 915 227 930). 'En algunas ocasiones, personas que de ninguna manera arrancan consiguen hacerlo tras ver que pueden escribir bien, porque eso les hace valorarse', asegura.

El libro, del que se han editado 3.500 ejemplares, no está a la venta, pero se facilitará a entidades de trabajo social de toda la región. Tras el éxito de este primer certamen, se ha abierto ya el plazo de presentación de originales para el segundo (hasta el próximo día 5 de noviembre).

José Antonio Martínez, de 60 años, relata en La rosa, cuento ganador del tercer premio, una experiencia real que le sucedió hace tres años, cuando, sin trabajo y a punto de quedarse en la calle, pasaba horas y horas en los parques. En él narra su emotivo encuentro con una preciosa niña que, sucia y con una muñeca rota, permanecía en mitad del parque del Retiro junto a su madre, una toxicómana en plena crisis. 'Fue algo que se me quedó grabado, tuve que avisar a la Policía Municipal para que atendiera a madre e hija, y nunca más las he vuelto a ver', recuerda ahora.

Autobiográfico

También Un caballero malherido y una señora, el segundo premio, se basa en una experiencia autobiográfica, la de una mujer que ayuda a su compañero alcohólico a regresar a su país. Paloma Domínguez, su autora, de 42 años, siempre ha sido aficionada a escribir.

'Yo he estudiado y no he vivido en la calle, pero también soy una marginada social porque tengo problemas psiquiátricos y no encuentro trabajo', explica esta madre de tres niños que, en su juventud, estuvo enganchada a la heroína. Ahora, mientras busca un empleo estable, cuida a un chico discapacitado y escribe 'una novela bastante medieval'.

La escritora Paloma Pedrero, que formó parte del jurado de este concurso, confiesa que, en su última obra, Magia café, se ha apropiado de espacios, palabras y situaciones presentes en los 54 relatos: 'Leerlos me produjo gran emoción porque, a diferencia de otros escritos con virguerías formales, pero huecos, éstos tenían algo que decir'.

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