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Entrevista:GEMMA ZABALETA | SEC. DE POLÍTICA INSTITUCIONAL DEL PSE-EE

"Debemos hablar con claridad de qué cabe y qué no en los marcos jurídicos y la Constitución"

Javier Rivas

Gemma Zabaleta (San Sebastián, 1956) cierra una semana en que a su partido le han surgido nuevos conflictos por el debate de su próxima Conferencia Política y la situación de su pacto con el PP en San Sebastián.

Pregunta. El PSE quería abrir un debate de futuro sobre su política y a la primera de cambio se mete en una crisis.

Respuesta. Creo que hay que despejar la palabra crisis del panorama. Lo que está abierto es un debate político, algo absolutamente sano desde el punto de vista democrático y tremendamente necesario para un partido que aspira a ser alternativa de gobierno. Es absolutamente necesario testar cuál es el grado de encuentro o desencuentro de un partido con la sociedad a la que se dirige y de una dirección política con su militancia. Ésa es la razón de una Conferencia Política que, por otra parte, no es nada extraordinario en nuestro partido.

'Nacionalistas y socialistas somos la columna vertebral de este país'
'El socialismo tiene también que debatir sobre autodeterminación o una posible consulta'

P. Desde las elecciones el PSE parece buscar un discurso nuevo, pero sin saber cómo articularlo.

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R. Los socialistas vascos no están a la búsqueda desesperada de ningún proyecto, porque lo tienen, un proyecto consolidado y de izquierdas, basado en el autogobierno y que defiende prioritariamente la libertad y el derecho a la vida, que es el principal derecho conculcado. El socialismo vasco lo que busca es concretar más su perfil político para ganarle al nacionalismo y ganar confianza en esta sociedad. No es la búsqueda desesperada de un espacio para ver cómo transitamos y dar por hecho que hemos estado en una colaboración con el PP y queremos pasar a una colaboración con otros.

P. El documento preparado para la Conferencia dice: 'Está fuera de toda duda que el PSE necesita recuperar o hacer más visible su propio espacio'. ¿Cómo lo hará, máxime en una situación de crisis o rivalidad interna?

R. Lo que reconocemos es la realidad en que estamos, con un apoyo electoral que rondó el 18% en las últimas elecciones. Aspiramos a más. ¿Cómo? El documento plantea establecer una serie de cuestiones de nuestro acervo, pero además establece todas las cuestiones que están actualmente en la agenda de la política vasca para definir ante ellas cuál es nuestra posición. No sólo queremos decir que no a lo que no nos gusta, sino tener una iniciativa a través de cómo queremos construir el futuro de este país y desarrollar los instrumentos jurídicos que tenemos para ello, concretando nuestra visión de la Constitución y del Estatuto. Y lo plantea como un documento abierto...

P. Redondo ya ha dicho que la ejecutiva lo cambiará...

R. Bien, sí. Lo que queremos es medir cuál es la posición de la militancia y no se hace en ningún clima de rivalidades personales dentro de la ejecutiva ni en el seno del socialismo vasco.

P. En el documento y en la política general del PSE late un intento de distanciarse al tiempo del PP y del PNV.

R. No se trata de alejarnos de unos para acercarnos a otros. Coincidiremos en lo que tengamos que coincidir y no tendremos problema en distanciarnos en lo que nos tengamos que distanciar. El debate en el socialismo vasco no es tanto, en una posición quizá muy antigua, entre sensibilidades vasquistas y menos vasquistas o españolistas, como tampoco hay una divisoria entre autodeterministas, que no los hay, frente a defensores de la libertad. Eso es una simplificación. El debate a medio plazo, y en la Conferencia se planteará, es si frente a la realidad actual y para transformar el futuro aplicamos recetas del pasado o nuevas.

P. Hablando de recetas, usted decía hace unos meses que el PSE debía 'arriesgar con ofertas de salida al problema vasco'. ¿Cuáles en la actual situación?

R. Debe apostar por todas las vías que no tienen que ver nada con un pacto de gobernabilidad ni institucional, pero sí de mejorar las condiciones de diálogo para propiciar el debate mucho más intensamente y entre todas las fuerzas democráticas. Quizá se han establecido demasiadas líneas divisorias, entre nacionalistas, por un lado, y constitucionalistas por otro, entre defensores de la libertad y parece que enemigos de la libertad, que hay que ir poco a poco traspasando. Ese esfuerzo pasa por salvar desconfianzas, tratar de fraguar de nuevo lealtades, no sólo entre partidos, sino a las reglas del juego, a los marcos jurídicos. ¿Para qué el diálogo? Para tratar de ver todo lo que cabe dentro de los marcos jurídicos y definir con claridad lo que no cabe en los marcos jurídicos y constitucionales. Creo que fuera no hay nada, pero dentro puede haber muchas cosas.

P. ¿Cómo deberían enfocar sus relaciones con los nacionalistas?

R. Partimos de una situación de demasiada frialdad, de poco encuentro y poco diálogo y debemos recuperar una nueva relación de confianza. Nacionalistas y socialistas somos la columna vertebral de este país y tenemos que pactar algunas cosas fundamentales y tender puentes para mejorar los proyectos de convivencia. Hay cuestiones que no son banderas del nacionalismo, como el desarrollo pleno del autogobierno o explorar nuevas cotas. Ahí cabe una reflexión conjunta de los dos partidos.

P. ¿Por qué entran en un debate que no es suyo como el del derecho de autodeterminación y una posible consulta?

R. Queremos suscitar todas las cuestiones, partiendo de que no es una prioridad de la sociedad vasca y que ese debate divide más y en una situación de violencia es más inoportuno. Pero debemos ver de qué manera afrontamos ese asunto porque el nacionalismo lo plantea. El socialismo tiene también que debatir sobre el derecho de autodeterminación o una posible consulta que el nacionalismo pudiera plantear. El nacionalismo nada en este terreno siempre en la ambigüedad y debemos obligarles a explicitar qué entienden por derecho de autodeterminación y cómo lo llevarían a la práctica.

P. ¿Cómo es posible desmarcarse del PP mientras persista la violencia?

R. No nos planteamos ni como objetivo estratégico ni de proyecto desmarcarnos del PP. Estaremos con el PP como con cualquiera que sufra el menoscabo de la libertad defendiendo la libertad como prioridad absoluta. Estaremos siempre ahí y vamos a exigir a los demás que tengan como prioridad esa defensa de la libertad, de la vida y el combate al terrorismo.

P. Es evidente. Pero ustedes mismos reconocen su 'error por dejarse atrapar en la coincidencia estratégica con la derecha'.

R. Debemos poner en práctica nuestra política sin ningún complejo a pensar que coincidimos con uno u otro. Si en un momento pactamos determinadas cuestiones con el PP que gobierna en algunas instituciones, de igual manera puede llegar el momento en que el partido socialista considere oportuno pactar con otros distintos.

P. Usted es responsable de política institucional. ¿Qué pasa con el pacto en San Sebastián?

R. Está atravesando una situación crítica, que quizá trataría de desdramatizar. Coincide en el tiempo con una serie de cuestiones, como nuestro debate político o las declaraciones que el propio alcalde [Odón Elorza] como militante del PSE haya hecho, pero creo que hay que separar estas cuestiones. Lo que aconteció ayer [por el miércoles pasado] fue una crisis con ocasión de un anteproyecto de presupuestos que espero que se reconduzca. Ha habido otras crisis en el gobierno municipal porque es lo natural y si el PSE hubiera gobernado con otras formaciones también se hubieran producido esas crisis. Y si el pacto de gobierno continúa probablemente no será la última. No va a ser contagioso a otros sitios.

P. No ha sido el mejor momento para plantear una posible ruptura.

R. Claro, pero los momentos no los elegimos. A no ser que alguien, y no quiero pensar que sea así, quiera buscar ese momento para producir un efecto distinto.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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