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Una manifestación antifascista acaba con 28 detenidos en Barcelona

Unos 300 encapuchados causan graves destrozos en el barrio de Sants

Miquel Noguer

Unos 300 de jóvenes antifascistas encapuchados causaron ayer graves destrozos en el barrio de Sants, de Barcelona, después de que la policía les impidiera boicotear una concentración de ultraderechistas con motivo del Día de la Hispanidad. Los incidentes se saldaron con 28 detenidos, seis de ellos menores, y un herido leve. Los jóvenes violentos sembraron el caos; asaltaron seis oficinas bancarias, las sedes de dos compañías aseguradoras y una inmobiliaria. Los vecinos se quejaron de la tardanza de la policía en actuar.

Los incidentes comenzaron poco antes de mediodía. A las doce en punto, varios grupos de ultraderecha habían convocado el tradicional Homenaje a la Bandera en una plaza del parque de Montjuïc. Al mismo tiempo, unas 30 entidades de todo tipo, desde okupas hasta libertarios pasando por independentistas radicales, habían convocado una marcha de protesta contra el acto ultraderechista. Unos 300 jóvenes se sumaron a esta convocatoria e intentaron llegar hasta el punto de la montaña de Montjuïc donde los ultraderechistas celebraban su concentración.

Para evitar enfrentamientos entre ambos grupos, la policía desplegó un impresionante cordón de seguridad que imposibilitó a los jóvenes llegar hasta los ultras, lo cual interpretaron como una provocación de la policía. Llegados a este punto, los jóvenes se disgregaron y algunos de ellos comenzaron a destrozar mobiliario urbano al tiempo que instalaban barricadas en los alrededores de la montaña de Montjuïc y en la Gran Via.

Pero los vándalos no se conformaron con esto. Después de cortar la circulación, se dirigieron a una sucursal de La Caixa, situada en la Gran Via, a la que rompieron los cristales y prendieron fuego mientras otros jóvenes destrozaban los ordenadores e intentaban destruir papeles y todo lo que se les ponía por medio. 'Es la guerra al capital', vociferaban algunos de ellos.

Mientras varias decenas de jóvenes acababan de destrozar la primera sede bancaria, otros grupos ocasionaron desperfectos en coches aparcados enfrente y prendieron fuego a los contenedores de basura para impedir la llegada de las fuerzas de seguridad. Minutos después destrozaban una agencia inmobiliaria cercana. La oleada de destrozos afectó a otras tres sucursales de La Caixa, a una del BSCH, otra de Caixa Catalunya y a dos oficinas de las aseguradoras Mapfre y Catalana Occidente.

Los métodos utilizados fueron calcados. Jóvenes casi adolescentes armados con piedras y algunos con barras de hierro rompían los cristales mientras otros aprovechaban para entrar en las oficinas y destrozar lo que podían. Después de los incidentes, la policía detuvo a 28 jóvenes, 6 de los cuales son menores de edad. Un portavoz de la Delegación del Gobierno en Cataluña condenó los actos vandálicos, que calificó de 'intolerables'.

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La policía informó de que los jóvenes que participaron en los altercados estaban 'totalmente coordinados' y 'sabían cuáles eran sus objetivos'. La manifestación antifascista no había sido comunicada oficialmente a la Delegación del Gobierno y, según la policía, los jóvenes realizaron la convocatoria a través de Internet.

Los incidentes en la jornada del 12 de octubre en Barcelona se han convertido en algo habitual. Las proclamas fascistas y racistas lanzadas habitualmente por los participantes en el Homenaje a la Bandera provocan importantes manifestaciones de rechazo entre colectivos de la práctica totalidad de ideologías. Algunas de estas manifestaciones, como la de 1999, han acabado con serios incidentes. Hace dos años, grupos autodenominados antifascistas causaron graves desperfectos en tiendas y entidades financieras del barrio de Sants, en una zona muy próxima a la que ayer vivió los disturbios.

La Delegación del Gobierno en Cataluña asegura que no se puede prohibir la concentración ultraderechista. 'Una manifestación es un derecho fundamental mientras sea pacífica, y no necesita autorización previa', recordó ayer este organismo. Casi todos los años, jóvenes participantes en el acto ultraderechista acaban provocando incidentes en el centro de Barcelona, donde en ocasiones se registran agresiones racistas. Ayer no se registraron incidentes de este tipo, aunque algunos ultraderechistas se dirigieron al centro de Barcelona en coche exhibiendo banderas preconstitucionales y lanzando proclamas fascistas.

La Plataforma Antifascista acusó a la policía de 'cargar sin motivo' y disparar balas de goma contra los manifestantes que querían boicotear la concentración ultraderechista.

Un grupo de manifestantes ataca con una barra de hierro una sucursal bancaria.
Un grupo de manifestantes ataca con una barra de hierro una sucursal bancaria.MARCEL.LI SÁENZ

'¿Dónde está la policía?'

Boquiabiertos e indignados. Así quedaron los vecinos del barrio de Sants de Barcelona al ver la magnitud de los desperfectos causados por los jóvenes radicales. '¿Dónde está la policía?', se preguntaban mientras los jóvenes se perdían por los callejones del barrio. 'La policía no ha aparecido hasta que todo estaba en calma', aseguró el propietario de un bar de la zona. La policía no intervino hasta casi media hora después de que se empezara a causar desperfectos. Un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía lo justificó afirmando que su prioridad era evitar que los manifestantes se enfrentaran con los ultraderechistas. Sin embargo, la policía no pudo impedir que jóvenes ultraderechistas lanzaran proclamas fascistas en el barrio de Sants finalizado el Homenaje a la Bandera.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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