Los socialistas repartirán a partir de hoy 50.000 octavillas sobre las razones de la moción de censura

El Partit dels Socialistes y su propio líder no quieren que el debate que la semana que viene se celebrará en el Parlament sea la 'moción de Pasqual'. Por ello, la federación socialista más numerosa -la de Barcelona, que lidera Joan Ferran- ha impreso 50.000 decálogos en los que se aboga por una nueva mayoría. Las octavillas, que se repartirán desde hoy en la calle y en el metro, recogen los siguientes 10 puntos contra la política del actual Gobierno de Convergència i Unió: no soluciona las listas de espera en la sanidad, 'engaña' respecto a la creación de 30.000 plazas de escuela infantil, los peajes de la Generalitat son los más caros, el suministro eléctrico es deficiente, falta seguridad ciudadana, hay imprevisión ante la peste porcina, falta apoyo a la Universidad, se acumulan las irregularidades y los posibles casos de corrupción, y el Gobierno catalán está supeditado a la política del PP en asuntos como el Plan Hidrológico (PHN).

Maragall llamó ayer a la 'movilización de las bases' para extender -como en los viejos tiempos de las catacumbas políticas- la necesidad de debatir las razones de su moción. El líder socialista quiere que los cuadros del PSC vuelvan al papel y al lápiz, que apunten y transmitan por Internet su visión del debate. Éste fue el mensaje que ayer dirigió a 150 dirigentes de federaciones locales, ante los que repitió buena parte de los argumentos políticos que el pasado lunes expuso ante diputados y senadores socialistas. 'La primera noche después de exponer mi alternativa quiero tener vuestra impresión, que me comentéis qué se ha hecho bien, qué se ha hecho mal y qué se puede mejorar. Será un buen test para nuestra política', dijo Maragall. El líder socialista tranquilizó a su auditorio: 'No hablaré ni cinco ni seis horas, ni siquiera dos y media como hizo en el debate de política general el propio Jordi Pujol'.

El dirigente del PSC lamentó que el debate se celebre en plena crisis mundial, tras el brutal ataque a las Torres Gemelas, con los bombardeos de Estados Unidos contra Afganistán. 'No la hubiéramos presentado esa semana de haberlo sabido', subrayó en un discurso en el que quiso dejar varias ideas claras. Una de ellas es que la moción no se presenta para convertir al PSC en cómplice de agonía del pujolismo -cuyo epicentro sitúa Maragall a principios de este año-, sino para generar un debate, para proponer ideas nuevas. 'El Gobierno de Jordi Pujol ha dado desde el pasado mes de enero todas las razones para presentar la moción', que a juicio de Maragall era una de las asignaturas pendientes del socialismo catalán. Sólo el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) presentó una moción de censura en 1982, mientras que los socialistas en 20 años de oposición no lo han hecho . 'Ya sabemos el resultado que obtendrá: 68 votos en contra y la más que probable abstención de Esquerra Republicana', dijo Maragall, que se abstuvo de criticar al partido que lidera Josep Lluís Carod Rovira. 'ERC tiene su visión de quién es votante suyo, de su público... no es muy idealista, pero sí comprensible', dijo el presidente del PSC, según el cual las mociones de censura, 'de no ser en un ayuntamiento y con tránsfugas de por medio, difícilemente se ganan, pero sirven para explicar un programa'. 'No queremos perturbar el sueño a nadie, pero sí explicar que Cataluña tiene derecho a un gobierno mejor', subrayó.