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Los profesionales denuncian ante el Parlament las 'graves carencias' de la salud mental

Asociaciones del sector reúnen 12.000 firmas y se unen en una plataforma reivindicativa

Doce asociaciones de profesionales que trabajan en centros de salud mental se han unido en una plataforma para reclamar un incremento de recursos acorde con el aumento de la demanda que se está registrando. El próximo 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, la plataforma entregará al presidente del Parlament, Joan Rigol, un manifiesto que refleja la preocupación de los profesionales. También hay inquietud entre las familias de enfermos mentales, que harán públicas hoy sus quejas ante 'la falta de recursos sanitarios y sociosanitarios'.

La nueva plataforma, arropada por más de 12.000 firmas, reclama a la Generalitat que incremente el 25% el presupuesto que destina a la salud mental. Esta agrupación de asociaciones de profesionales, denominada Plataforma 25%, pide también que se abra 'un amplio debate' en el que se escuche la voz de psiquiatras, usuarios y familiares de enfermos para definir un plan estratégico acorde con la nueva disponibilidad presupuestaria si finalmente se acepta el incremento reclamado.

Según Alfred Capellà, presidente de la Asociación Catalana de Profesionales en Salud Mental, una de las entidades integradas en la plataforma, la Generalitat invierte unas 5.000 pesetas por habitante y año en la atención a las patologías mentales, cantidad que debería alcanzar las 7.000 pesetas para cumplir las recomendaciones de la OMS. La Generalitat, según la plataforma, dedica a la salud mental poco más del 4% del presupuesto total de Sanidad, cuando la Organización Mundial de la Salud aconseja el 6%.

La 'olvidada' de la sanidad

'Las autoridades sanitarias llevan años declarando que van a dar prioridad a la salud mental, pero ésta sigue siendo la gran olvidada y marginada dentro del sistema sanitario', afirma Rafael Clusa, presidente de la Coordinadora de Centros de Día y Recursos Intermedios, otra de las entidades integradas en la plataforma.

En el informe que los profesionales entregarán a Joan Rigol, se recuerda que aproximadamente el 20% de la población general presenta trastornos mentales que requieren tratamiento y que un 2% de la población adulta está recibiendo atención en los centros de salud mental que existen en Cataluña.

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Los profesionales se muestran especialmente preocupados por la 'escasez de recursos' en el ámbito de la atención primaria, donde se atienden los casos menos severos, que constituyen el grueso de los trastornos mentales. La falta de personal y el poco tiempo de que disponen los médicos de cabecera para cada visita les obligan a despachar a los pacientes con la simple prescripción de medicamentos, según reconocen los propios profesionales. En consecuencia, el gasto en psicofármacos se ha disparado, contrariamente a los objetivos fijados por las autoridades sanitarias, destaca Lluís Isern, director de la Fundación Congreso Catalán de Salud Mental, integrada también en la plataforma. S

egún datos oficiales facilitados por la Asociación Catalana de Profesionales en Salud Mental, el 23% del gasto farmacéutico total corresponde a tranquilizantes, antidepresivos, neurolépticos y similares, cuya prescripción ha aumentado el 18% en los útlimos años.

La plataforma advierte de que la prescripción de fármacos sin una atención adecuada en los casos menos graves no sólo dispara el gasto farmacológico, sino que genera otro efecto perverso: la cronificación y el deterioro de la salud mental de estos pacientes.

Pero las carencias no sólo existen en los recursos destinados a los pacientes con patologías mentales leves. Los profesionales del sector aseguran que las unidades de agudos 'están saturadas' y la presión asistencial facilita que se den 'altas precipitadas'. En el ámbito sociosanitario, las cosas no están mejor, en opinión de los psiquiatras y de las asociaciones de familiares de enfermos mentales. Los centros de día y los pisos protegidos 'sólo dan cobertura al 10% de los pacientes que lo necesitan'. Además, señala la plataforma, no existe para estos enfermos ningún plan de reinserción laboral 'que pueda merecer este nombre', cuando éste es un pilar fundamental en la rehabilitación de los pacientes mentales, según coinciden los psiquiatras.

La escasez de recursos hace que recaiga a menudo sobre las familias el cuidado de los enfermos mentales, sin que dispongan del apoyo de servicios de atención domiciliaria. Los enfermos que viven fuera de Barcelona lo tienen peor, pues la mayoría de los recursos se concentran en esta provincia.

Un grupo de pacientes en los jardines del hospital psiquiátrico de Sant Boi.
Un grupo de pacientes en los jardines del hospital psiquiátrico de Sant Boi.JOAN SÁNCHEZ

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