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Piqué intenta fijar fecha en Rabat para una cita de Aznar y Yussufi este mismo año

Una fecha fija para que se celebre, probablemente a finales de este mes, la VI Reunión de Alto Nivel (RAN), la cumbre anual prevista en el Tratado de Amistad entre España y Marruecos que no se convoca desde 1999, es el resultado más concreto que el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, espera obtener hoy al término de una breve visita concebida con el objetivo amplio de 'normalizar' las últimamente tumultuosas relaciones con el país vecino. Piqué, que cenó anoche en Marraquech con su homólogo, Mohamed Benaissa, será recibido hoy en esta ciudad por el rey Mohamed VI y se entrevistará luego en Rabat con el primer ministro, Abderramán Yussufi.

Hasta que lo hicieron por teléfono hace dos semanas, Benaissa y Piqué apenas se habían hablado desde la avalancha de pateras del pasado mes de agosto. Y no se habían visto desde el Foro Mediterráneo celebrado en Tánger el pasado 11 de mayo, apenas 15 días después de que el presidente José María Aznar abriera una crisis bilateral sin precedentes al declarar que era 'impensable' que el fracaso del acuerdo pesquero no tuviera 'consecuencias' en las relaciones hispano-marroquíes.

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Reconciliación

Anoche, los dos ministros conversaron sobre la coalición internacional que promueve Washington en respuesta a los atentados del 11 de septiembre, motivo central de la gira que Piqué proseguirá hoy mismo en Argelia y mañana en Libia. Pero resultaba inevitable que la atención principal en Marruecos derivara hacia el enderezamiento de unas relaciones que a lo largo del último trimestre han tenido que pasar por cruces de acusaciones sobre la responsabilidad de los tráficos de drogas e inmigrantes a través del Estrecho, incluidas las vertidas en la prensa francesa por el propio Mohamed VI.

La voluntad española de olvidar el mal sabor dejado por el contencioso pesquero, sobre el que no prevé ninguna reconsideración, y de mirar al futuro parece ser ahora firme. Aznar se presenta como el primer interesado en que se fije la fecha de la RAN, una reunión para la que hace sólo tres meses decía no tener tiempo. Y también los marroquíes se muestran abiertos. Prueba de ello es que Piqué, que en Rabat es percibido como un político menos agresivo que el presidente del Gobierno, tuvo el viernes la confirmación de que será recibido por el Rey.

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Los marroquíes le esperan dolidos por el mal trato que creen haber recibido últimamente de España, según indica Trinidad Jiménez, responsable de política exterior del PSOE, que la semana pasada estuvo en Marruecos. El Gobierno español, que no va a cejar en sus reclamaciones, sí quiere sustituir las acusaciones mutuas por una cooperación bilateral que evite los tráficos ilegales. La prueba del éxito o fracaso de esta misión será que Piqué deje Marruecos con la fecha de la Reunión de Alto Nivel en el bolsillo.

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