Eduardo Haro Tecglen define qué es ser de izquierdas en su último libro
El escritor, crítico y periodista Eduardo Haro Tecglen (Madrid, 1924), quien desde hace tiempo se autocalifica de rojo a la hora de definirse políticamente, ha escrito Ser de izquierdas (Temas de Hoy), un libro que fue presentado ayer en Madrid por Santiago Carrillo y Fernando Rodríguez Lafuente, en el que trata de contestar a la pregunta qué es ser de izquierdas.
Aunque en el texto ha empleado 164 páginas para reflexionar y contestar a esta cuestión, a la hora de resumir no busca respuestas originales: 'Ser de izquierdas es tener un ideal de igualdad, de justicia, de libertad..., todo aquello que enuncia la Revolución Francesa'. Y matiza al referirse al presente: 'Ésta es una idea que permanece, que no ha cambiado; lo que sí ha cambiado es la posibilidad de obtenerlas', dice Haro Tecglen.
Rodríguez Lafuente, que comenzó su presentación afirmando que no coincidía ni en una sola de las páginas con el autor, señaló: 'Esto debe ser la convivencia y eso está muy bien, y lo que está claro es que este libro puede ser fuente de grandes y largas discusiones, incluso con uno mismo a solas, porque estamos ante una obra, con páginas durísimas, que, como pocas, incita a la discusión y al diálogo y que revela un corte en nuestra sociedad entre letrados e iletrados, más que entre derechas e izquierdas, como si hubiera una España más allá del programa televisivo Tómbola'.
Mucho más de acuerdo con Haro Tecglen estuvo Santiago Carrillo, que confesó haber leído el libro con simpatía: 'Contribuye a esclarecer lo que es la izquierda y da ideas sobre la actualización de esta postura'. Carrillo, que ha cumplido 86 años, no pudo renunciar a su condición de viejo comunista y marxista, y, desde esa condición, señaló, mientras fumaba compulsivamente, que está de acuerdo con gran parte del libro pero que lo ve como un ensayo sobre una izquierda cultural: 'Quizá se olvida de la lucha de clases, de los problemas económicos, al tiempo que idealiza la II República y tiene prejuicios sobre la transición'.
Haro Tecglen confesó tener una idea romántica de la II República y dejó claro que, para él, esta democracia 'burguesa' es falsa, una ruina y un desastre. 'Esta democracia burguesa se ha desvirtuado desde esa transición que, entre otros, hizo Carrillo, y la izquierda está refugiada bajo las camas muerta de pánico'.
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