Los suicidas eran saudíes y lucharon en Chechenia
Más de la mitad de los terroristas suicidas procede de Asir y Baha, las provincias dejadas de la mano del petróleo en Arabia Saudí. Tierras pobres pero fértiles en extremismo religioso. Allí, en el pueblo de Baljurshi, la familia Alghamdi recibió en abril la última llamada de su hijo Hamza Saleh pidiéndoles que le perdonaran y rezaran mucho por él. Entonces, según han dicho a la prensa local, no sabían por qué ni desde dónde les llamaba. Se enteraron por el FBI después del 11 de septiembre.
Hamza Saleh Alghamdi, de 20 años, era uno de los secuestradores que se estrelló contra la torre sur del World Trade Center, junto a otro chico de su pueblo, Ahmed Ibrahim Alghamdi. Un tercer amigo de la infancia, Ahmad Ibrahim Alhaznawi, se estrelló contra el Pentágono. Alghamdi se había ido hace año y medio a pelear con los fundamentalistas islámicos en Chechenia y nunca más volvió a contarle a su familia su paradero.
Los hermanos Wael, de 25 años, y Waleed M. Alshehri, de 21 años, se criaron en la pequeña población de Khamis Mushayt en el seno de una familia de negociantes acomodados. Tras finalizar sus estudios de pedagogía en la Universidad de Abha, se alistaron para pelear en Chechenia con los fundamentalistas islámicos, según el periódico The Washington Post.
La religión era el centro de sus vidas. El mayor tenía graves problemas psicológicos, según ha dicho su padre al rotativo saudí Al Watan, y el pasado diciembre se fue con su hermano a La Meca en busca de ayuda para sus tormentos mentales. Nunca más se pusieron en contacto con su familia. Murieron estrellándose en el vuelo 11 de American Airlines contra la torre norte del World Trade Center.
Ahmad Abdullah Alnami, de 23 años, peregrinó a La Meca hace 15 meses y nunca regresó. Según el periódico Al Watan, había estudiado derecho islámico en la Universidad Rey Khaled de Abha, la capital de Asir. Era conocido como líder de rezos de la mezquita principal de esa ciudad. La última vez que llamó a su familia fue en mayo de este año. El día 11 iba a bordo del avión que se estrelló en Pensilvania.
Hani Hasan Hanjour llamó a su familia en la ciudad de Taif ocho horas antes de suicidarse en el vuelo que chocó contra el Pentágono. Sus padres no creen que su hijo sea un terrorista y han dicho que casualmente iba en ese avión. Hanjour se había ido en diciembre a los Emiratos Árabes Unidos, y de allí supuestamente a Alemania y finalmente a Estados Unidos.
Fayez Ahmad Al Shehri salió de su casa hace un año diciendo solamente que se iba a trabajar con la Organización Internacional de Ayuda al Islam. Su padre, profesor en una escuela de Asir, dijo al periódico Jidda que les había llamado una vez hace meses. Supieron de su paradero hace dos semanas, cuando su nombre apareció como uno de los sospechosos de haber secuestrado el vuelo 175 de United Airlines que se estrelló contra la torre sur del World Trade Center.
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