Saramago advierte del peligro de amputar la realidad al escribir el pasado

A la hora de encarar la tarea de la escritura de la historia, 'no hay más que racionar, elegir' entre todos los acontecimientos del pasado. 'Pero, al hacerlo, estamos amputando la realidad, quitándole algo que quizás le estaba haciendo mucha falta', afirmó ayer el Nobel José Saramago. El escritor clausuró en Jerez de la Frontera las jornadas sobre Memoria y Literatura que se han celebrado desde el miércoles, organizadas por la Fundación José Manuel Caballero Bonald.

Saramago comenzó su intervención recordando los atentados del 11 de septiembre. El escritor explicó que tenía previsto viajar próximamente a Estados Unidos, a la Universidad de Massachusetts, y mantener un coloquio en la Biblioteca de Nueva York con el crítico Harold Bloom, viaje que ha debido cancelar. Frente a la barbarie, Saramago defendió 'la literatura como alimento del cuerpo y del espíritu'.

En relación con el tema central del congreso, Saramago animó a los oyentes a tratar de 'entender el pasado para intentar entender el presente'. 'Hay unos cuantos libros que no se podrán escribir jamás', señaló. 'Se pueden escribir historias del mundo en minúsculas pero nunca la historia del mundo con mayúsculas'.

Saramago definió el carácter de la historia como 'una ficción hecha sobre datos supuestamente concretos, pero con mucha imaginación y suposición también'.

En la sesión de mañana, el historiador Javier Tusell ofreció una nueva perspectiva sobre el género memorialístico, frente a las aportaciones de escritores y estudiosos de literatura que habían tenido lugar durante los dos días anteriores. No obstante, subrayó que no se trata de oficios contrapuestos: 'Hay puntos de coincidencia', explicó, 'ellos escriben memorias y yo biografías'.