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Gibson: 'Quería buscar mi patria en la literatura'

El escritor publica en español 'Viento del Sur', una 'autobiografía espiritual'

'Primero, Antonio Machado, y después, ficción, ficción, ficción'. El escritor Ian Gibson (Dublín, 1939, ciudadano español desde 1984), biógrafo de García Lorca y Dalí, anuncia que la de Machado será su última biografía para entrar después en la lectura de la ficción contemporánea y la escritura de ensayos o novelas. El autor considera su primera novela Viento del Sur (Plaza & Janés), que se presenta como Memorias apócrifas de un inglés salvado por España. 'Quería buscar mi patria en la literatura', declaró ayer al comentar su 'autobiografía espiritual'. El escritor había abandonado por unas horas su pueblo de Restábal, en el valle de Lecrin ('alegría' en árabe), a 20 minutos de Granada.

'No quería escribir una autobiografía, con nombres reales, que sería terriblemente íntimo y doloroso. Son unas memorias falsas pero auténticas, escritas en español para distanciarme, con una gran libertad para inventar y mezclar episodios, una especie de autobiografía espiritual a través de un hispanista inglés llamado John Hill'.

Viento del Sur, a la espera de una posible segunda parte, tiene una estructura clásica en sus seis capítulos, sobre la familia, la infancia, la religión, la educación, el sexo, la universidad, viajes, su pasión por Rubén Darío y su estancia en España hasta 1981. El último capítulo, Un año en Andalucía, es una parodia de los libros de viaje que animan a los ingleses a vivir con sol y mar.

'Mi destino era haber sido pastor protestante, al nacer en una familia metodista. Sé de fundamentalismo y fanatismo, y me escapé gracias a la literatura, el idioma español y mi vocación de investigador. El Sur me salvó. Estaba rodeado de católicos por todos lados y yo quería buscar mi patria en la literatura. Tenía que romper con mi familia y con mi país, como hicieron Joyce y Beckett. No quería ser profesor de literatura española en Inglaterra, quería vivir en España, pero eso me costó décadas. No me gustaba Inglaterra, el clima me mata, y un hombre de izquierda no podía aceptar la ideología de la clase dirigente, ni siquiera su acento, que corta como una navaja barbera'.

Jugador de críquet

Ian Gibson dice que escribir el libro ha sido un ejercicio útil como ser humano. 'Me ha hecho afrontar mi vida y buscar fechas y experiencias, sin entrar en una autobiografía convencional, con hechos y personajes reales, para evitar problemas y pleitos. También he comprendido mejor algunos episodios, como el críquet, un juego sutil y peligroso, que tiene también un diccionario de frases, fundamental para conocer Inglaterra'.

Gibson no vivió en París, como en su libro, pero es real su pasión por Rubén Darío, maestro de poesía de Lorca, y su aprendizaje del español a los 18 años con Azul. 'Pude haber sido biógrafo de Rubén y lo fui de Lorca. Era un personaje fascinante y habrá un revival Rubén'.

El hispanismo aparece en contadas ocasiones. Gibson afirma que no es 'un hispanista clásico' ni quería convertirse en un especialista limitado a temas españoles. 'No soy historiador, soy un autor que escribe libros, en inglés y en español, sobre temas que me interesan. Quiero escribir y vivir el idioma, y eso sólo se puede hacer aquí. Ser español es una vocación irremediable'. Ahora investigará sobre Machado, tras fallar una biografía de Luis Buñuel.

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