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Los desaprensivos cuelgan nombres falsos en las listas de víctimas

Aparecen apellidos de políticos españoles

Tomàs Delclós

La inscripción de un nombre en una de estas listas es muy sencilla, sin control, y se basa en la buena fe de las personas. No todos se comportan así. Algunos individuos, presumiblemente españoles, se han dedicado a emborronarlas incluyendo en la lista desde Mortadelo y Filemón, Voy A Echarunpolvo o GoraEuskadi a variaciones difamatorias sobre apellidos conocidos. También han incluido los nombres de varios políticos españoles, desde José María Aznar a Xabier Arzalluz, y apellidos construidos con los más dispares insultos, desde Gilipollas a Puta. En wtc.ny.com, un sitio destinado a la elaboración de las listas de supervivientes, por ejemplo, basta con rellenar un formulario con cuatro ventanas donde debe incluirse el nombre y apellido de la persona, su situación física (okay, injured o critical) y su posible localización. La lista se actualiza cada quince minutos sin mayores controles por parte del sitio. Internautas de otros países han hecho esta idéntica y macabra broma.

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Por otra parte, en Estados Unidos se ha detectado que alguna empresa que practica el spam (correo electrónico publicitario masivo no solicitado) ha enviado a todas las direcciones de su base de datos una carta animando a dar un donativo para la Cruz Roja. El problema es que dan una dirección suya en Internet que luego reenvía el mensaje a la Cruz Roja. El mensaje llega finalmente al destino correcto, pero esta treta les sirve para actualizar sus bases de datos y saber qué direcciones electrónicas de las que disponen están activas para su mercadotecnia. Algunas empresas con sitios pornográficos han hecho campaña por correo electrónico con el supuesto gancho comercial de que en sus páginas no se relatan desgracias.

En otro orden de cosas, ayer, varias compañías que ofrecen acceso a Internet como AOL o Earthlink manifestaron que estaban colaborando con el FBI suministrando 'información específica relevante en el caso' para localizar a los implicados en el complot terrorista. Fuentes de la investigación explicaron a The Wall Street Journal que también habían solicitado información sobre determinados usuarios de los servicios de correo electrónico de Hotmail (Microsoft) y Yahoo, aunque ambas empresas han declinado confirmar la información. Un portavoz de AOL declaró que esta colaboración no pasa por instalar el programa Carnívoro, que la policía ha desarrollado para controlar y registrar la navegación de cualquier usuario de un servidor. La CIA no ha comentado qué recursos de Internet pudieron utilizar preferentemente los terroristas, pero fuentes cercanas a la investigación citadas en medios norteamericanos han señalado los chats, grupos de noticias y el cifrado. Un informe gubernamental reciente citaba la técnica de la esteganografía -ocultación de mensajes de texto o gráficos en fotos o dibujos- como una de las usadas por grupos terroristas. De esta manera se pueden intercambiar mensajes o mapas de objetivos por correo o chats aparentando que se canjean imágenes anodinas.

Los grupos de Derechos Civiles estadounidenses han advertido sobre el peligro de que el Gobierno impulse una legislación dura para limitar el uso del cifrados en los mensajes. El debate está presente en los foros. Un posteador aseguraba que, si a cambio de que la policía lea su correo se puede erradicar el terrorismo, aceptaría sin reparos el husmeo policial. Otros argumentaban que no se puede deteriorar el estado de libertades para ganar al terrorismo. Un abogado del Electronic Privacy Information Center (Centro de Información para la Privacidad Electrónica) manifestó que endurecer las leyes sobre Internet supondría perder la protección a la privacidad de los norteamericanos. El principal argumento de este sector es que el despliegue de espionaje electrónico de la Administración no ha servido para evitar los atentados. El vicepresidente del sitio de Internet Military.com ha declarado que, tras el fin de la Guerra Fría, los servicios de espionaje no han sabido controlar con precisión sus objetivos, que se han multiplicado.

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