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Columna
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Alzheimer

Hace años se llevaba militar en la lucha contra el cáncer, de igual modo que ahora se da un afán emergente para prevenir y combatir la enfermedad de alzheimer que amenaza a las personas que sobrepasan los sesenta años. Se trata de una patología que afecta a las facultades intelectuales. Las personas y las sociedades padecen de senilidad, cuando sus órganos vivos y de representación colectiva no son capaces de reaccionar adecuadamente para resolver sus problemas, tan siquiera a largo plazo. Las Cámaras de Comercio han dado a conocer un informe, válido para toda España, en el que se reconoce que Madrid, Cataluña y el País Vasco destacan en la implantación de esa entelequia, tan difícil de comprender, que es la sociedad de la información. En definitiva, es un fenómeno donde se reúne la utilización de la informática y las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, la implantación de internet, así como los recursos dedicados a investigación, desarrollo e innovación (I+D+I). No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que España registra, en este terreno, un retraso considerable y que en la Comunidad Valenciana estamos notablemente descolgados.

Y alguien dirá: ¿todo esto qué tiene que ver con el alzheimer? Está íntimamente relacionado, porque la mejor forma de combatir y prevenir esta enfermedad psicosomática es mantenerse en forma, física y mentalmente, en nuestra actividad cotidiana. Asimismo, la inmersión en la sociedad de la información puede revitalizar nuestro potencial económico, empresarial y productivo. A juzgar por los datos que barajamos, estamos amenazados por el 'alzheimer' en la innovación tecnológica y la Comunidad Valenciana, si no reacciona con agilidad, puede encontrarse al borde de la senilidad de sus atributos seculares.

Nuestros valedores públicos e institucionales fracasarán si siguen la táctica del avestruz que, cabeza en tierra, conduce a no reconocer los peligros y las carencias. La primera condición para superar un problema es conocerlo, verlo venir y asumirlo. A partir de ahí podremos hacerle frente con posibilidades de éxito.

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