Actuaciones consecuentes

En la última semana de agosto vuelven a aparecer declaraciones de líderes políticos que parecen apuntar intenciones y planes exclusivamente referidas a Euskadi: Aznar, en su despedida de las vacaciones, nos advierte que la violencia es el auténtico problema vasco y todo lo demás es secundario, mientras Arenas remacha que el único diálogo posible debe ser para derrotar a ETA. El PSE se deja ver con manifestaciones de sus líderes más federalistas y de tono educado, con lo que planteamientos como el de Iturgaitz, de un nuevo frente español mediante listas conjuntas entre socialistas y populares en municipios vascos, parece que ha sido frenado. Otegi sigue justificando la utilidad de ETA y la kale borroka, aunque esta vez su puesta en escena rotunda le lleva a asegurar que ETA abandona las armas si se reconoce a los vascos el ejercicio de autodeterminación. Aralar y Batzarre tienen intención de mantener posición en las próximas elecciones. IU parece decidida a implicarse en labores ejecutivas, a la vez que sigue advirtiendo del temor que le provocan los planteamientos del PP con respecto a Euskadi. EA reclama que es necesario realizar cuanto antes la consulta popular, pero no puede decir si en este mandato y hace un llamamiento para crear un nuevo consenso político. El PNV no contempla ningún tipo de referéndum en esta legislatura y parece que va por el camino de reivindicar el Estatuto de Gernika, que está hecho unos zorros a cuenta de Madrid.

Así las cosas, las situaciones parecen similares a las que tuvimos que soportar antes del 13-M, día en que los vascos tuvimos que manifestarnos todo lo claramente que nos dejaron. Ahora que no se despisten los políticos, que nosotros ya teníamos claro lo que cada partido planteaba.

Consecuentemente, la mayoría social vasca se decidió por el diálogo, la autodeterminación y el progresismo. El Ejecutivo de Gasteiz debe mantener ese nuevo color fundamental tridimensional. La sociedad civil vasca, no directamente política, desea propuestas y soluciones en el camino por el que ya ha optado. Sólo espera que se actúe en consecuencia y con decisión, lo que no está reñido con las actuaciones lógicas y prudentes.