Consternación y miedo entre los ciudadanos americanos que viven en el territorio valenciano

La escasa comunidad estadounidense residente en la Comunidad Valenciana ha vivido los dos últimos días entre la confusión, el dolor y el miedo ante los atentandos sufridos en Washington y Nueva York. La Comunidad tiene una población estable, según cifras de la Delegación del Gobierno, de alrededor de 1.100 estadounidenses, de los que medio millar reside en Valencia, unos 550 en Alicante y apenas medio centenar en Castellón. Mientras el consulado de EE UU en Valencia se dedicaba en exclusiva a atender a sus ciudadanos con problemas de información o de transporte por la cancelación de los vuelos a su país, sus oficinas cerraban las puertas a los medios de información para centralizar la disponible en su embajada en Madrid. 'Tenemos prohibido dar ningún dato', explicaban.

Sí hubo alguna muestra pública de dolor y repulsa por el atentado. La dirección, profesorado y alumnos del American School of Valencia, en la localidad de Puçol, guardaron ayer por la tarde un minuto de silencio para mostrar su respeto a las víctimas registradas en los atentados, según informó el director del centro, Tim Herdom. Éste señaló que a pesar de que en el colegio no hay muchos alumnos de nacionalidad americana ni tampoco profesorado, dado que la colonia americana en Valencia es escasa, habían decidido llevar a cabo esta acción de 'respeto' por las víctimas. El director subrayó que el 'shock' y el 'horror' que recibieron el martes con las noticias procedentes de EE UU 'es el mismo que en el resto de España'. No obstante, precisó que los alumnos del centro -alrededor de 700-, pasarían un día 'lo más normal y corriente posible'.

Otra institución académica, la británica Caxton College, también suspendió sus actividades para guardar un minuto de silencio por las víctimas.

Mientras, los judíos americanos residentes en Valencia aseguran que sus familiares en Estados Unidos 'tienen miedo' ante las decisiones que pueda adoptar su Gobierno tras los atentados, según aseguró la presidenta de la sinagoga La Javura, Alba Toscano, californiana que vive en Valencia desde hace 13 años. Inmediatamente después de producirse los atentados contra las torres gemelas empezó a recibir llamadas y correos electrónicos de la zona. 'Todo el mundo estaba bien, pero tenían polvo hasta las narices y estaban muy inquietos, no por lo que está sucediendo, no tanto por las relaciones americanas con Europa, sino globalmente', dijo. Y añadió que detrás de lo sucedido hay 'personas que están preparadas para atacar a un país y que no tienen el aval de ningún grupo'.

Al respecto, señaló que el 'miedo' de familiares y amigos está en 'cómo procederán el Gobierno de Estados Unidos y los del resto del mundo'. Respecto a su opinión por los atentados, afirmó que tiene 'las mismas sensaciones que cualquier persona cuando ve dos edificios desplomarse y a tantas personas totalmente ajenas de cualquier cargo político que están muertas, no sólo americanos, estamos hablando de Nueva York que es una ciudad internacional'. Finalmente, Toscano señaló que 'no es capaz de odiar a un grupo étnico ni a un Estado por las fechorías de unos pocos'.

Por su parte, la presidencia de la Federación de Colegios de Abogados de Europa, reunida desde ayer en Valencia y a cuyas sesiones asisten representantes del Magreb, emitió un comunicado de condena a los atentados del martes. Luis Miguel Romero Villafranca, decano del Colegio de Abogados de Valencia, recordó que 'la cultura de la violencia sólo puede sustituirse por el imperio de la ley y la solidaridad' y afirmó que confía 'en que Estados Unidos no recurra a una solución que pase sólo por la acción militar'. Romero Villafranca añadió que lo ocurrido plantea la necesidad de avanzar en que el Tribunal Penal Internacional tenga competencias sobre terrorismo, informa L. Garrido.