Gadir es Cádiz, evidentemente

Francisco José Román publicó en EL PAÍS del 29/08/01 el artículo Doña Blanca fue el único enclave fortificado fenicio en el Mediterráneo. El titular es un grave error. En el entorno del Mediterráneo hubo muchos enclaves fortificados fenicios hoy desaparecido: Por ejemplo, Gadir significa fortaleza, precisamente.

Diego Ruiz Mata, informante del periodista, es el arqueólogo jefe de esa extraordinaria ciudad fenicia que se ha descubierto virgen en la parte continental de la bahía de Cádiz y que es digna de ser promocionada.

Él es un gran especialista, pero, como otros buenos y preparados compañeros míos de carrera, comete errores de base. En Historia de España, yo le suspendería la primera evaluación con un insuficiente alto. Yo no soy un adorador de esa gran sacerdotisa de lo fenicio que es la inevitable doctora Aubet.

Los aubetistas parten de un principio falso: 'Lo que no puede comprobar la arqueología, no sucedió nunca. Por tanto, los historiadores grecolatinos que sitúan la fundación de Gadir en las islas gaditanas se equivocaron'. ¿Valiente miopía historiográfica?

Diego Ruiz Mata quiere convertir a su Doña Blanca en Gadir, contra las fuentes escritas, la continuidad histórica, la evidencia toponímica y la lógica más elemental. Ser el buen director de una maravilla no le da derecho a falsear la Historia.

El Gadir fenicio, las Gaderias griegas, el Gades romano, vándalo y visigodo, el Qàlis musulmán o el Cádiz castellano son un conjunto de poblaciones sucesivamente superpuestas, cuyo origen y centro fue y sigue siendo hoy día la capital de esta provincia. (Si los fenicios hubieran fundado Sevilla, nadie pondría pegas desde Camas),

Los tyrios se establecieron primero en una pequeña isla cercana al continente, a imagen y semejanza de Tiro, y la dificultad para constatarlo arqueológicamente reside en que el Cádiz del renacimiento de los últimos cinco siglos acabó esquilmando y sepultando, bajo un precioso casco histórico moderno, todo lo antiguo y medieval. (No podemos derribar una iglesia barroca o cerrar una calle para encontrar pruebas).

Doña Blanca es una magnífica momia conservada intacta por la sedimentación del abandono, y, en cambio, Cádiz es una isla permanentemente viva y que sigue renaciendo, como el ave Fénix, en su mismo escaso territorio, cada día más bonita, después de milenios civilizadores.

Yo soy muy crítico con muchas cosas de mi ciudad, pero sus habitantes tenemos el derecho y la obligación de seguir reivindicando nuestra identidad. No seáis más hartibles, arqueólogos aubetistas, y dad al César lo que es del César y a Cádiz lo que es de Cádiz.