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Condenado el encargado de una obra por la muerte de dos empleados

El Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián ha condenado al encargado de una subcontrata de instalación de fibra óptica, realizada en julio de 1996 entre Elgóibar y San Sebastián, a pagar 25 millones de indemnización a cada una de las familias de dos operarios que murieron asfixiados en un accidente laboral. El fallo declara a R.L.M. responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores al no haber informado convenientemente a las víctimas de los riesgos de la obra y no darles una formación específica preventiva.

Los dos fallecidos ejecutaban una tarea 'especialmente peligrosa', señala el juez, por la acumulación de gases explosivos, tóxicos o asfixiantes en las cámaras subterráneas en que debía realizarse. También culpa a R.L.M. de sendas faltas de homicidio por imprudencia leve, pues fue alertado por los operarios de la asfixia que sentían cuando trabajaban en las cámaras de registro, en las que se produjeron las muertes y no paró los trabajos.

Telefónica adjudicó el tendido de fibra óptica a otra empresa, que a su vez subcontrató los trabajos a una cooperativa de la que era socio el ahora condenado. Durante la obra, los empleados notaron 'una sensación de asfixia' en una de las arquetas, pese a lo cual el acusado se limitó a constatar que 'no existía ninguna anomalía'. El juez destaca que R.L.M. 'no utilizó un dispositivo específico para medir el nivel de oxígeno' en el lugar ni comunicó la incidencia a Telefónica, limitándose a ordenar que siguiesen los trabajos sin entrar en esa cámara.

Días después, las dos víctimas, ambos de 28 años, acudieron a la arqueta y, al abrir la tapa, comprobaron que había mucha agua, que extrajeron. Después, accionaron el sistema de detección de gases explosivos y gases tóxicos, sin apreciar ninguna anomalía. Ambos descendieron a la arqueta sin protección respiratoria ni instrumentos de detección de oxígeno, por lo que no notaron las altas concentraciones de anhídrido carbónico. En escasos instantes perdieron el conocimiento y fallecieron a los pocos minutos asfixiados por la falta de oxígeno.

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