La destrucción de tres equipos radiactivos alerta a los responsables de seguridad nuclear

No ganan para sustos en el Consejo de Seguridad Nuclear. El cúmulo de incidentes radiactivos ha sometido a sus inspectores a un ir y venir a distintos emplazamientos, la mayor parte de las veces alejados de als centrales nucleares. Los más numerosos han sido visitas a las obras civiles que realizan las grandes constructoras, en las que se utilizan equipos radiactivospara medir la densidad y humedad de la compactación de los terrenos.

El último de los incidentes ha sucedido a principios de agosto en las obras de la autovía Valladolid-Zamora, a la altura de Tordesillas. Uno de los camiones atropelló en una maniobra un equipo radiactivo Troxler, utilizado para medir de manera instantánea la densidad y humedad de terrenos compactados. Este instrumento sustituye a los análisis tradicionales de tierras, que requieren un mínimo de 20 minutos de laboratorio hasta conocer los resultados. Los inspectores del CSN desplazados a Tordesillas se aseguraron de que las fuentes radiactivas permanecieran blindadas para evitar riesgos a los trabajadores de la obra.

El suceso de la autovía Valladolid-Zamora cerraba una serie de accidentes protagonizados por constructoras y sus equipos radiactivos. 'Nos preocupan porque son muchos. En general, el sector de instalaciones radiactivas no nucleares es muy tranquilo, pero en una semana he tenido seis incidentes', ha comentado con inquietud la presidenta del CSN, María Teresa Estevan. 'Me preocupa que no le dediquemos la atención que merecen, porque cada vez hay más aparatos de esos'.

Las inspecciones se van a intensificar. 'La gente tiene que sentir que te ocupas de ellos para que los temas funcionen. Vamos a hacerlo, y si es preciso, aplicaremos alguna sanción'.

En los últimos cinco años las instalaciones radiactivas o ionizantes han pasado de 13.120 a 19.698. Durante el año pasado el CSN autorizó 202 para el sector industrial, 114 para uso sanitario (el más numeroso), 22 para investigación y docencia y 26 comercializaciones de productos radiactivos.

Pocos días antes del incidente de Tordesillas, un equipo CPN, similar al Troxler, fue atropellado por otro camión en las obras del campus universitario de Ponferrada (León). El incidente, según el CSN, causó serios daños a la carcasa metálica, aunque no afectó a las fuentes radiactivas. El instrumento fue aislado provisionalmente con un blindaje de planchas de hierro y hormigón.

Caja de zapatos

Estos equipos, de los que hay registrados 192 en toda España,van dotados de fuentes de radiación gamma, básicamente compuestas por Cesio-137 y fuentes de neutrones, cuyo principal isótopo es el Americio 241. Las fuentes están protegidas por cápsulas. Los aparatos son del tamaño de una caja de zapatos y van incluidos en un maletín con indicación de su contenido y los riesgos de su manipulación.

El 13 de junio, otro de estos aparatos fue extraído de su maleta y depositado junto a la entrada de un garaje. En una maniobra de marcha atrás una furgoneta lo aplastó. El CSN no ha facilitado el lugar donde se produjo el atropello. Aunque reconoce que no se produjo ningún impacto en las personas y el entorno, estudia la 'posible incorreción en el procedimiento del manejo del aparato' para aplicar una sanción a los responsables de su custodia.

El cuarto incidente asociado a estos intrumentos se produjo el pasado 23 de julio. Durante ese fin de semana fue sustraído del almacén del laboratorio de la empresa Ideyco en el municipio abulense de Aldeavieja uno de estos equipos utilizados en las obras de la autopista de peaje entre Ávila y la A-6. En el saqueo los ladrones se llevaron también un equipo informático completo. Nada se sabe aún del paradero del aparato con material radiactivo robado, según un portavoz de la empresa. Cada uno de estos aparatos está valorado en un millón y medio de pesetas.

Más inspecciones Junto a esta cascada de sucesos en el sector de la construcción, los casos asociados a anomalías en otros sectores también se han multiplicado, según el registro de intervenciones del organismo que vela por la seguridad frente a riesgos radiactivos.

El 26 de julio, cuatro semillas de Yodo-125, de las utilizadas para los tratamientos de oncología, fueron a parar a la red de alcantarillado de Pamplona, al caerse de una bandeja en ausencia del responsable de braquiterapia de la Clínica Universitaria de Navarra. Días antes se produjo un incendio en la empresa Ionmed de Tarancón, Cuenca, al atascarse la cinta transportadora con instrumental médico que se esteriliza al pasar por un haz de electrones acelerados.

En todos estos incidentes la rápida aplicación de medidas de seguridad ha evitado situaciones de riesgo. En caso de que los aparatos aplastados hubieran sido abandonados por un tiempo los trabajadores de su entorno habrían quedado irradiados, aunque en pequeñas dosis, porque las fuentes radiactivas son pequeñas.

'Para nosotros, todas son importantes', declara la presidenta del CSN. 'Vamos a ser más exigentes con la gente que atropella estas cápsulas. En las obras se trabaja de una manera muy tosca, no sé cómo lo hacen. No es normal que en una semana haya habido tres atropellos'. Estevan asegura que habrá sanciones.