Las críticas de Erne
El pasado 12 de agosto pude leer en EL PAÍS un artículo en el cual Teo Santos y/o el periodista Francisco Peregil realizaban diversas críticas a los mandos de la Ertzaintza, acusándoles de 'pasividad contra la kale borroka' así como de actitudes más graves. Concretamente esas críticas apuntaban a Natxo Ormaetxe.
No es la primera vez que escucho de boca de dirigentes de Erne los mismos despropósitos contra el director de Investigación Criminal de la Ertzaintza. Hace varios meses, Iñaki Castro realizaba la misma pretendida denuncia: poner en tela de juicio la competencia de dicha persona para estar al frente de esa dirección, considerando que su pasado como 'abogado defensor de varios jóvenes implicados en la kale borroka' o 'de miembros de ETA' determina sin más su connivencia con cualquier forma de terrorismo.
Acusan por tanto a Ormaetxe de prevaricación y colaboración con banda armada por no cumplir, según ustedes, con su deber, al no perseguir el delito y favorecer sus fines.
Curiosamente, siempre encuentro en sus declaraciones una omisión deliberada. Si bien es rigurosamente cierto que el letrado Ormaetxe defendió a diversos jóvenes acusados de actos de kale borroka, así como a miembros de ETA, todos ellos, sin excepción, habían abandonado la pertenencia o vinculación, siendo elementos descrepantes de la misma y no contando precisamente con el beneplácito de sus ex-correligionarios.
Esta precisión que siempre olvidan, debería, existiendo buena fe en su crítica, distanciarles de la opinión que les conduce a ustedes y a miembros de otros sindicatos españoles a desconfiar de la fiabilidad de tal director. Como todo el mundo sabe, es difícil imaginar que a ETA o a su entorno pueda llenarle de simpatía o satisfacción su propia disidencia. La misma siempre ha tenido un precio y un riesgo. Riesgo compartido por los abogados defensores de dichas personas. Riesgo asumido desde hace mucho años por el letrado, hoy director, Ormaetxe.
Puedo asegurarles tanto por mi relación profesional como personal con Natxo Ormaetxe que mucho antes de que ustedes se sintieran 'amenazados', él ya lo estaba. Desde hace más de diez años, ha vivido, como otras muchas personas en épocas más recientes, revisando a diario los bajos de su vehículo a fin de asegura su integridad personal y la de sus seres más queridos. Esta situación, que ustedes omiten ante sus afiliados, ante los medios de comunicación y el público en general merece, por sí misma, un respeto hacia la persona que la ha padecido y padece.
He de recordarles que ese director, entonces 'letrado de jóvenes de la kale borroka, miembros de ETA', siempre estuvo aquí, en su despacho profesional de Bilbao, cumpliendo un cometido que pocos ciudadanos-abogados realizarían. Pagando su precio en todos los sentidos en la convicción de que existen muchas más maneras que las policiales para conseguir la pacificación y normalización de este país. Por ejemplo, defendiendo el derecho legítimo de muchos vascos al libre pensamiento y a salir de una organización que desoye la voluntad de este pueblo, así como a reintegrarse en su sociedad.
Tengo la lamentable sensación de que para ustedes principios tan básicos como el derecho de defensa, la reintegración e inserción social no existen.
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