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El INE refleja el escaso gasto valenciano en I+D en los últimos cinco años

Ferran Bono

El informe estadístico sobre las actividades en investigación científica y desarrollo tecnológico que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma la escasa atención que recibe el fomento de la Investigación y el Desarrollo (I+D) en tierras valencianas. Desde 1995 y hasta 1999, el volumen de gasto en I+D respecto al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) a precios de mercado refleja unos índices que, en la Comunidad Valenciana, quedan siempre por debajo de la media española. Media que, a su vez, es una de las más bajas de la Unión Europea. Una situación preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que los efectos de la inversión en I+D no se reflejan en la economía de manera inmediata, sino que los beneficios se perciben a medio o largo plazo.

A pesar de los anuncios bienintencionados por parte de la Generalitat y el supuesto apoyo institucional, la evolución porcentual de los gastos en I+D en relación al PIB revela que apenas se han incrementado los recursos destinados a este capítulo. Incluso se ha detectado un retroceso en 1999 con respecto al ejercicio anterior.

En 1999, último año recogido por el informe del INE, el porcentaje fue del 0,62%, lejos del ya de por sí bajo promedio español del 0,89%, y a mucha mayor distancia del 1,8% de la Unión Europea.

Al margen de las particularidades de la economía valenciana, el gasto valenciano en I+D es porcentualmente inferior al de Andalucía, Aragón, Murcia y Navarra, además de las comunidades autónomas con el tejido industrial más importante del Estado (Madrid, País Vasco y Cataluña).

Esta situación encuentra su correlato en la descompensación entre la asignación global destinada a los agentes investigadores en la Comunidad Valenciana, que se eleva al 7%, y la aportación de la economía valenciana, que representa un 10% del PIB nacional.

Por otro lado, las universidades públicas valencianas producen el 58% del gasto anual en I+D, mientras que la media de las universidades españolas es del 32%. La inversión para el fomento de la investigación de parte del sector empresarial representa el 27% del gasto total y la de la Generalitat es del 14%, por debajo del 17% que invierte la Administración del Estado.

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En este sentido, destaca el potencial investigador de las universidades valencianas, que a pesar de sus ajustados presupuestos, tienen la capacidad de generar una importante inversión en I+D, gracias al respaldo a los proyectos por parte de la Unión Europea.

De hecho, la densidad de investigadores valencianos dedicados a I+D es superior a la media española. Los responsables universitarios han manifestado su preocupación ante el poco peso específico de la industria valenciana y la baja inversión de la Generalitat en I+D.

Y no son los únicos. Las voces de alarma proceden de campos diversos. Incluso el Consell Valencià de Cultura, órgano consultivo de la Generalitat en materia cultural, a través de su presidente, el científico Santiago Grisolía, ha advertido a los responsables de la Administración autonómica sobre la necesidad de incrementar los recursos destinados a I+D a partir de la convicción de que la inserción del sector productivo valenciano en la llamada nueva economía pasa por una mayor inversión en factores como la innovación y la tecnología.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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