'Éste es el descarrilamiento más lento de la historia'
'Es todo lo que se podía hacer y ha costado un enorme esfuerzo. De hecho, es más de lo que parecía posible', comentó ayer un técnico del FMI que ha seguido de cerca las negociaciones con Argentina. Diversas fuentes consultadas coincidieron en señalar que no había otra opción que conceder un crédito adicional, porque no hacerlo habría supuesto un inmediato colapso del peso y graves turbulencias económicas en los países vecinos, especialmente Brasil. Las mismas fuentes dijeron dudar de que la enésima operación de salvamento de las finanzas argentinas vaya a tener efectos duraderos.
EE UU y varios países de la Unión Europea se resistieron hasta el final a aprobar el crédito de 8.000 millones de dólares, con el argumento de que Argentina ya ha recibido grandes aportaciones de dinero. Morris Goldstein, que hace poco se retiró del FMI tras 25 años como economista de la institución, expresó públicamente reticencias muy similares a las planteadas en privado por dirigentes como Paul O'Neill, secretario del Tesoro de EE UU. 'Hay que marcar el límite en algún sitio, y en el caso de Argentina ya basta. Más dinero no resolverá sus problemas', declaró Goldstein.
Entre los principales accionistas del FMI hay poca confianza en la capacidad de la Administración argentina para poner orden en sus finanzas públicas, aunque la figura de Domingo Cavallo, el ministro de Economía, suscite respeto.
Seriedad
Un portavoz del Tesoro de EE UU indicó que su país haría 'esfuerzos para abrirse comercialmente al Mercosur (el bloque del que forma parte Argentina) y para aumentar los intercambios', pero subrayó que las condiciones impuestas por el FMI deberían respetarse escrupulosamente. 'Se liberaron 14.000 millones de dólares en diciembre y 8.000 más ahora; en contrapartida, se exige seriedad a la Administración argentina y que se cumpla el programa de reducción progresiva del déficit fiscal'. El mismo portavoz estadounidense, al igual que otras fuentes, indicó que 'probablemente' serían necesarios 'más sacrificios' por parte de la población argentina antes de alcanzar 'la deseada situación de equilibrio'.
'Con 8.000 millones de dólares se compra un poco de tiempo, pero no se resuelve el problema', dijo Kenneth Courtis, uno de los vicepresidentes del banco de inversiones Goldman Sachs. 'Algunos creen que estamos asistiendo al descarrilamiento más lento de la historia', comentó por su parte, refiriéndose a Argentina, Peter Stiler, gestor de un fondo de 130 millones de dólares en deuda pública, que incluye bonos argentinos, para la sociedad neoyorquina Van Eck Capital.
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