Gescartera intentó sin éxito en 1993 y en 1997 que la CNMV la elevase de rango

Gescartera logró en julio del año pasado el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para transformar su sociedad de cartera en agencia de valores. Era un proyecto antiguo. Lo intentó, sin éxito, en 1993, cuando la CNMV estaba presidida por Luis Carlos Croissier, y en 1997, ya en la etapa de Juan Fernández-Armesto. En ambas ocasiones fue la propia Gescartera quien dio marcha atrás en su solicitud de transformación, sin que fuera necesario que el organismo supervisor de los mercados bursátiles le denegara esta pretensión.

La primera petición se produjo en mayo de 1993 y el primer desestimiento en noviembre de ese año. El segundo intento ocurrió en junio de 1997, con el abandono en diciembre de este año. Fuentes de la CNMV aseguran que fue la propia Gescartera quien decidió dar marcha atrás. Otras fuentes destacan que, habitualmente, las empresas de servicios de inversión dan marcha atrás en estas solicitudes cuando ven que la CNMV no se las va a aprobar, porque no cumplen las condiciones exigibles.

La solicitud de transformación de 1993 se produjo, precisamente, cuando Bolsa Consulting, la primera empresa de José Camacho y que tenía el funcionamiento propio de los chiringuitos financieros, estaba sujeta a una investigación que concluyó, en 1994, con una sanción muy grave por 'gestionar carteras sin estar habilitado para ello'. Bolsa Consulting ha seguido existiendo y uno de los productos de inversión falsos que los clientes de Gescartera compraban eran pagarés emitidos por esa empresa.

La sanción de 1994, impuesta durante los Gobiernos del PSOE, fue por 128,5 millones de pesetas, se hizo pública y Gescartera aún no la ha abonado porque la recurrió con el argumento de que era una multa exagerada. La multa igualaba al total de ingresos que Gescartera había declarado ese año, y los abogados de la sociedad de cartera recurrieron ante la Audiencia Nacional. Como la Audiencia, hace un par de años, confirmó la sanción, la sociedad de Antonio Camacho elevó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo que, como pronto, estará resuelto dentro de un año.

Es en medio de la investigación de 1993, que acabó en sanción, cuando Gescartera hizo su primer intento de transformación. El segundo, en 1997, ya con el primer Gobierno del PP, también coincide con una nueva inspección de la sociedad de Camacho, en el que la CNMV detecta irregularidades en la forma de contabilizar las operaciones intradía, precisamente las únicas operaciones bursátiles que Gescartera mantuvo hasta el final de sus días. Aquel expediente se solventó con la instrucción de que se solventaran esas deficiencias.

El último intento tuvo más éxito. El 13 de julio de 2000, la CNMV cerró una inspección abierta en diciembre de 1998 con una multa que totalizó 10 millones de pesetas por dos sanciones graves que no se hicieron públicas y, a la vez, dio el visto bueno al ascenso de Gescartera a agencia de valores. En aquel momento, la CNMV seguía presidida por Fernández-Armesto, y Pilar Valiente ya se había incorporado como vocal al consejo del organismo. Las primeras noticias que la CNMV tuvo de que Gescartera pretendía de nuevo su ascenso a agencia de valores fueron en 2000, a través de unas cartas en febrero y marzo. Sin embargo, ya el 4 de noviembre de 1999, Camacho dio por hecho que iba a producirse esa transformación.

Así lo demuestran los cheques en poder de La Caixa desde esa fecha, que Camacho acompañó con una solicitud de que no se ingresaran hasta que Gescartera 'fuese transformada en agencia de valores'. Las fotocopias del presunto ingreso de aquellos cheques, que siguen obrando en poder de La Caixa y nunca llegaron a ingresarse, fueron parte de la documentación que la CNMV dio por buena como justificante de en dónde estaba depositado el dinero de los clientes de Gescartera en 1999. Al no percibir que parte de esa documentación era falsa, parte eran cheques sin ingresar y la práctica totalidad efectivo en lugar de valores, la Comisión asumió que Gescartera no tenía 'descuadre patrimonial' y dio el visto bueno a un ascenso que firmó, el 1 de septiembre de 2000, el ministro Rodrigo Rato.