El Grupo de Río pide apoyo internacional para salvar a Argentina

Los presidentes de los países del Grupo de Río, formado por 19 naciones latinoamericanas, expresaron ayer en una declaración conjunta su respaldo a los "esfuerzos significativos" que ha hecho Argentina para salir de la crisis económica e hicieron un llamamiento a los organismos financieros internacionales para que adopten las medidas necesarias para solventar la situación. Aunque no estaba presente en la agenda oficial, la crisis económica de Argentina se ha transformado en la principal preocupación de los gobernantes que asisten en Santiago a la XV Cumbre Presidencial del Grupo de Río, principal instancia de encuentro político en Latinoamerica.

A la reunión, inaugurada por los presidentes de Chile y Colombia, Ricardo Lagos y Andrés Pastrana respectivamente, asisten quince jefes de Estado y tres vicepresidentes. El texto conjunto de los gobernantes latinoamericanos exhorta también a la creación de un clima que reduzca y evite los factores especulativos que muchas veces prevalecen ante situaciones como la que afronta Argentina.

Los presidentes sostienen que América Latina ha hecho un gran esfuerzo para reordenar sus políticas económicas, "muchas veces con sacrificios importantes de sus poblaciones", lo que confiere mayor "legitimidad y fuerza" para que sus demandas sean "debidamente valoradas en los círculos financieros internacionales".

En la víspera, Lagos y el presidente mexicano, Vicente Fox, hicieron un llamamiento conjunto a la comunidad internacional para que apoye a Argentina, en el mismo sentido que la declaración de ayer del Grupo de Río. Y en la noche del jueves, el mandatario chileno recibió en su domicilio a Fox y a los presidentes Fernando de la Rúa (Argentina) y Fernando Henrique Cardoso (Brasil) para hablar del asunto. La inquietud tiene en este caso más que un ángulo solidario, pues una crisis en uno de los llamados mercados emergentes afecta a otros países de la vecindad, aunque sus economías se encuentren sanas. En América Latina aún está fresco el recuerdo del llamado efecto tequila que sufrió México a mediados de los años noventa.