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ESCÁNDALO FINANCIERO

Camacho declaró que no invertía el dinero de sus clientes sin levantar sospechas en la CNMV

Gescartera presentó tres cheques sin depositar que sumaban el 75% del patrimonio que gestionaba

Antonio Camacho proporcionó documentos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en 1999 que sugerían que tenía la mayor parte del dinero de sus clientes (hasta un 75%) en efectivo, depositado en una entidad bancaria, y no en acciones o bonos del Estado. Esta aparente anomalía en una sociedad que se dedica precisamente a invertir en Bolsa, según destacan todos los expertos financieros consultados, no disparó, aparentemente, ninguna alarma en la CNMV, que consideró normal que Gescartera tuviese casi 4.000 millones de pesetas de su clientela en una cuenta de la La Caixa en Majadahonda, y no en acciones o renta fija.

La forma en la que se justificaba ese dinero, de nuevo, resulta anómala para los expertos. Se trataba de 'fotocopias de tres resguardos de ingresos de tres cheques' ingresados sólo cuatro días antes, el 4 de noviembre, y que sumaban 3.949 millones. La Comisión ha descubierto ahora que esos cheques fueron depositados por Camacho con la solicitud de que no se ingresaran 'hasta que la sociedad fuese transformada en agencia de valores'.

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Es decir, en noviembre de 1999, con una inspección abierta, el dueño de Gescartera ya contaba con que la Comisión le iba a aprobar la transformación de su sociedad de cartera en agencia de valores.

Además del detalle de que los talones no se habían hecho efectivos a petición de Camacho, las autoridades supervisoras descubrieron también hace un mes que el extracto de esa cuenta, que aseguraba un saldo de 4.000 millones de pesetas, era falso.

La presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, aseguró en el Parlamento que uno de los motivos por los que, el pasado 14 de junio, el organismo que preside decidió intervenir Gescartera fue que 'la supervisión detectó que una gran parte del patrimonio gestionado de cuentas de clientes estaba en depósitos en efectivo, situación no común para una agencia de valores, cuya actividad usual es la inversión en valores'.

Esa abundancia de efectivo fue un motivo para intervenir en 2001, pero no lo fue en la inspección abierta en 1999, que se cerró el 13 de julio de 2000 con una sanción de siete millones a Gescartera, otra de tres millones a Antonio Camacho y José María Ruiz de la Serna y la elevación de la calificación de la empresa de sociedad de cartera a agencia de valores.

En aquella inspección, la documentación que aportó Gescartera reflejaba que el 75% del patrimonio de los clientes era efectivo depositado en cuentas corrientes. Ahora se ha visto, además, que no había dinero en esas cuentas corrientes y que los certificados bancarios aportados eran falsos. Pero, si hubieran sido ciertos, habrían mostrado la misma abundancia de efectivo que sirvió para investigar más a fondo e intervenir casi dos años después.

- Sanciones. El 13 de julio de 2000, la Comisión Nacional del Mercado de Valores sancionó por dos infracciones graves a Gescartera. Una fue 'por no remitir en plazo y forma adecuada a la CNMV la información y documentación por ella requerida en el ejercicio de sus funciones y otra por incumplimiento de las normas vigentes sobre contabilización, formulación de cuentas y forma de llevanza de libros y registros oficiales'.

Después, en la inspección que ha concluido el 14 de junio de este año con la intervención de Gescartera y su principal accionista en la cárcel, la CNMV descubrió además que tal liquidez no existía y que los certificados bancarios aportados por Gescartera eran falsos. Pero, de ser cieros, habrían demostrado que la sociedad de cartera ahora intervenida tenía sólo la cuarta parte del patrimonio de sus clientes invertido. El resto esperaba, si no en el calcetín, sí en unos supuestos depósitos bancarios de La Caixa.

Así lo comunicó la secretaria del consejo de la CNMV, Sol Bourgon Camacho, a la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios al informarle de que que los certificados bancarios que Gescartera aportó el 8 de noviembre de 1999 se habían descubierto falsos. La explicación de la CNMV a la juez fue, en resumen, la siguiente:

- Patrimonio. Gescartera le dice en esa fecha a la Comisión que el patrimonio que gestiona de sus clientes asciende a 6.894,1 millones de pesetas. Añade que esa cantidad se desglosa en 5.761 millones invertidos en una cartera de valores sin especificar y 1.133 millones en efectivo a la espera de ser invertido. Eso habría significado que Gescartera mantenía un 16% del patrimonio de sus clientes en liquidez. La CNMV, lógicamente, le pide que 'verifique' la existencia de esa cartera de valores y ese efectivo.

- Liquidez. Gescartera entrega aquí los certificados bancarios que la Comisión dio por buenos entonces. Pero esos certificados transformaban los 5.761 millones de la supuesta cartera de valores en 4.099 millones de efectivo porque eran 'compras pendientes de liquidar' y el resto en cartera de valores. Es decir, el 76% de los 6.894 millones que Gescartera le dijo a los inspectores de la CNMV que gestionaba entonces eran, supuestamente, dinero en efectivo.

- Certificados. Ese descuadre se ha visto ahora, al comprobar la falsedad de unos certificados que los expertos de la CNMV no verificaron porque, según ha explicado este organismo, 'nadie espera que una empresa de servicios de inversión aporte certificados bancarios falsos porque eso es delito'.

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